Días antes de la presentación de Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal en Manaos, ubicada en la localidad matancera de Virrey del Pino, comenzaron a escucharse rumores acerca de un viejo proyecto de dividir el municipio en cuatro partidos. Esta operación, que ya comenzó a tomar cuerpo en la Legislatura bonaerense, despertó la resistencia de las autoridades de La Matanza, que también comenzaron a operar, aunque en sentido contrario.
Pues bien, la situación se desbordó el lunes en Manaos, cuando el equipo que acompaña al presidente le impidió a la intendenta local, Verónica Magario, sumarse al acto de inauguración. Inclusive, cuando el locutor mencionó a las autoridades presentes, evitaron toda alusión a los matanceros.
Una interpretación política posible de este hecho auguraría que esta apertura de hostilidades prefigura la decisión del Gobierno provincial de ir a fondo para partir el municipio bastión del peronismo provincial y nacional, que ya podría haber sido tomada. El proyecto tuvo origen en GEN, el partido que lidera Margarita Stolbizer y fue tomado de los radicales, que desde hace años albergan la aspiración de desgajar el municipio para ver si consolidan una derrota peronista en el territorio más populoso del país. El massismo y el Pro apoyan la iniciativa, aunque voceros de la gobernadora anticiparon que aún no será impulsado.
Otra interpretación podría tener que ver con que las autoridades locales siempre convocan su propia gente a los actos, que no en general suelen ser proclives al Gobierno nacional y en Presidencia temían una posible silbatina o algunas manifestaciones de desagrado de los concurrentes. Esta teoría se fundamenta en que la prensa presidencial primero anticipó la presencia de Macri en La Matanza, luego la denegó y finalmente, dos horas antes del acto, confirmó la presencia del Presidente en Virrey del Pino. Este operativo de distracción habría tenido como objetivo desalentar la presencia de posibles “escrachadores” en Manaos.
La paradoja fue que en las fotos que distribuyen las oficinas de prensa de Presidencia de la Nación, la Gobernación provincial y el municipio de La Matanza se pudo ver sólo a las autoridades nacionales y provinciales -en los dos primeros casos- y a las autoridades municipales en el último, ya que los locales realizaron después que Macri su propia fiesta.
Un bochorno.