Esteban Bullrich le bajó el tono a su pelea con Patricia

Esteban Bullrich le bajó el tono a su pelea con Patricia

El exsenador había confrontado por la postura de Patricia Bullrich ante el lanzamiento de Horacio Rodríguez Larreta.


Tras cuestionar a Patricia Bullrich por negarse a hablar con los referentes del oficialismo y criticar el lanzamiento de Horacio Rodríguez Larreta, el exsenador de Juntos por el Cambio, Esteban Bullrich, se mostró en un video en el que habló de qué es “la grieta” para él y por qué apoya la postura larretista de pregonar por el diálogo.

“Luego de un intercambio en redes sociales del que formé parte, me veo en la obligación de definir qué es la grieta para mí”, arrancó el dirigente, en un video que subió a YouTube. Allí definió que “es un mecanismo fomentador, es parte de la dirigencia política que usa y enfatiza las divisiones que existieron siempre en el país como estrategia para ganar poder”.

“Se basa en el invento malintencionado de creer que aquellos que no piensan como yo, lo hacen por motivos espurios, convirtiéndose en enemigos”, definió.

Esteban Bullrich se convirtió hace más de un año en uno de los emblemas de la lucha contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) en el país y su pelea diaria la refleja a través de sus redes sociales. Pero su lucha personal no lo aleja de la tensa realidad de la interna política opositora.

El también exministro de Educación de la Nación y de la Ciudad, utiliza una plataforma de un servicio online para poder hablar, que permite crear una versión digital de su propia voz, por eso permite mantener la esencia del habla de la persona tanto en el timbre, el acento y la entonación. Así se lo pudo ver en el video de su canal de Youtube.

En el mensaje, Bullrich avanzo y sostuvo que el uso repetido de la estrategia de la grieta fue penetrando en nuestra sociedad hasta llegar al seno de la familia. “tanto así, que se hizo imposible en muchas de ellas hablar de política, llegando en muchos casos hasta dejar de hablarse del todo”, reflexionó.

“La Argentina era tierra fértil para que prendiera esta semilla de división, porque tenemos la vieja y cuestionable costumbre de denominar a un grupo político por su líder”, argumentó y enumeró: “Así tuvimos a yrigoyenistas, peronistas y antiperonistas y, más actual, alfonsinistas, menemistas, kirchneristas, macristas y cristinistas”. “Esto facilitó el trabajo de los excavadores, porque permite trasladar todas las características negativas del líder a los miembros de su grupo”, consideró, en su análisis.

Además, ponderó no conocer otro país del mundo en el que se dé este fenómeno. “Esta combinación de identificar al enemigo y generalizar y personalizar las ideologías, llegó a que fuera imposible llegar a acuerdos políticos. Cualquiera que fuera atrapado negociando con el enemigo era un traidor o traidora. Ni hablar si en esa negociación había cedido algún centímetro para llegar a un acuerdo”, siguió.

Y continuó. “No me entra en la cabeza por qué nos creímos la mentira de que solamente hay que conversar con los propios y que las personas son tan importantes. Lo importante no es de dónde viene la gente, sino hacia dónde quiere ir y con qué camino. Se tiene que dialogar siempre, dentro de la constitución y con transparencia. No podemos seguir así”, enfatizó.

“Las políticas de largo plazo esenciales para la estabilidad y el desarrollo demandan grandes acuerdos y son el único camino para salir del estancamiento y la pobreza. Esos grandes acuerdos necesitan de una actitud amplia y generosa, de sentarse a la mesa de negociación pensando qué voy a entregar para llegar a un acuerdo que beneficie a la gente y no qué me voy a llegar desde esa mesa”, interpretó.

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