Estúpido: Reino Unido y la Europa tonta contra las tres potencias del mundo

Estúpido: Reino Unido y la Europa tonta contra las tres potencias del mundo

Opinión.


El enemigo histórico (y actual) de los Estados Unidos de América no es ni la República Popular China, ni la Federación de Rusia, ni tampoco Irán ni Corea del Norte. Más allá de las desavenencias –algunas muy graves e intensas- ocurridas y que siguen ocurriendo con todos ellos, hay un país que siempre lo tuvo a USA en la mira desde una posición mucho más cercana, lo que provoca confusiones permanentes, por ellos abonadas sobre todo en esta época de relatos falsos de la historia y fake news sobre la actualidad; encima le tiene tomada la mitad de la representación política interna a USA y cuenta con la potencia arrolladora del Deep State: ese país no es otro que el Reino Unido.

Los triunfos de Donald Trump, muy combatido en ambas ocasiones -y demonizándolo- por Hillary Clinton y Barack Obama por razones obvias, generaron una alerta naranja en Reino Unido, que cuando gobiernan los demócratas, y si son débiles como Joe Biden mejor, sitúan su centro de operaciones en Washington y Nueva York, pero cuando el huracán Trump les sacude las estructuras y las debilita en origen, vuelven a refugiarse en su casa matriz, Londres.

Los británicos, la cultura anglosajona que hoy conocemos se generó a partir del éxodo de los europeos sajones a las Islas Británicas, en aquel mundo occidental. Los romanos, los griegos y los celtas y sus imperios, antecedieron en Occidente al dominio anglosajón de todo ese mundo “moderno” en la esfera y lo hicieron a partir del Siglo V, D.C. Ya para esa época los normandos influyeron en ese sistema tras las continuas invasiones en busca de tierras más amigables, tanto climática y comercialmente. Esta matriz anglófila se verifica en el lenguaje, el sistema parlamentario de representatividad y de gobierno y su preeminencia en el comercio durante muchos siglos. Mientras tanto la cultura eslava, una de las bases de lo que hoy es la Federación de Rusia y otros estados de esa etnia consolidadas fue consolidada en el siglo VIII DC justamente en el Rus de Kiev (¿casualidad?) y la cultura china, que es muy anterior a la anglosajona, preexistente, fijándo antecedentes comprobados de organizaciones de comunidades en ese territorio, 2.000 años antes, en el siglo XV, A.C.

Esta breve reseña histórica, tiene que ver con las raíces de cada una de esas potencias a las que nos vamos a referir ahora, siendo sólo un dato ya que tuvieron muchas transformaciones desde el punto de vista político, bélico y de alianzas, pero mantienen las tres una línea coherente en las acciones en su devenir hasta nuestros días. Cada una con sus haberes y deudas.

Volvamos al presente.

La Europa de hoy, esta Unión Europea desunida y sin ningún plan maestro, es dominada (solo por historia) por el eje anglosajón -post Brexit- conducido (de casualidad) hoy por Keir Staimer, que pretende retomar la iniciativa perdida con EE. UU con la derrota de Biden, usando al Viejo Continente en su histórico proyecto anti ruso, hoy recalculado. Dirigentes fracasados en sus políticas domésticas como Emanuel Macron en Francia o irresponsables sin memoria como Friedrich Merz en Alemania, pretenden seguir al Reino Unido en una política de confrontación agresiva, guerrerista, como si nada hubieran aprendido del pasado. O justamente por eso, los cobardes franceses o los derrotados alemanes, buscan revancha ahora en un plan en el que no reconocen la salida, igual o peor que la anterior. Ignorantes de poca monta, sin ningún interés en la vida humana ni en la búsqueda de la paz y el bienestar común, juntos todos estos pseudo dirigentes –junto a Volodimir Zelenski- que con total hipocresía, rezarán con lágrimas de cocodrilo por el Papa Francisco en su velorio en Roma este fin de semana. Viven de fotos de realidad aumentada, estos inútiles, en un mundo generoso (pagado por Usaid) que relata su versión y niega su incapacidad.

Rusia ya ganó la guerra, todos lo saben, si tomamos este momento como el fin de la misma, algo que no está nada claro que sucederá. Y esto es así no solo por la realidad en el frente de batalla, las posiciones políticas de los países líderes del planeta, sino por la propia convicción de su líder Vladimir Putin, de las condiciones que debería tener un fin de las hostilidades para ser aceptadas. Y éstas serán conseguidas por las buenas, la paz (es ahora el momento con apoyo de USA y China) o en el futuro con una Ucrania desparecida en un mediano plazo. Y la Europa anglosajona también desaparecerá con ella para las grandes decisiones, como ahora, pero en un slalom brutal en todos los sentidos, a raíz de la falta de credibilidad ante las grandes potencias y el crecimiento del mundo emergente, lo que derivará en una falta de aliados políticos de peso y también de mercados. Se están quedando solos y brindan en la cubierta del Titanic, Francisco sonríe desde arriba…

Donald Trump no es un ser ideológico. Es pragmático. Sabe que la guerra no le “garpa” en la política ya que prometió finalizarla, y repartir la tajada de las ganancias del complejo militar industrial entre más países, pero tampoco en su modelo productivo. Necesita determinadas cuestiones ligadas a la seguridad, logística comercial y materias primas que las negociará con quien pueda. Incluidos Rusia y China. O cualquiera, pero ya no tolera más el bienestar de Europa (ni de nadie) contra sus privaciones internas. En ese marco se dará o no el acuerdo de paz, pero la paz sin negocios adicionales no está en su carpeta. Y sabe bien para qué lado cae la moneda en este conflicto.

La metáfora del mono que mira desde arriba a los dos tigres pelearse es la clave de este asunto. Y el que gana finalmente obviamente es el mono, que termina sin daños. Hasta ahora peleaban Rusia y la OTAN militarmente en Ucrania. China miraba. Pero ahora, aranceles violentos mediante, pelean Estados Unidos y China, y la que mira es Rusia. El mono, a veces es China y otra vez es Rusia. Nunca Estados Unidos. Pero los tres entienden –y está claro para el mundo- que sólo si acuerdan ellos, el planeta podrá tener un futuro aceptable. Con el Reino Unido y el circo europeo vamos al desastre de ellos primero y quizás de todos después. No podemos permitirlo.

Un voto para Putin, para Trump y Xi Jinping. Sin guerras inútiles, sin vivir de las riquezas del otro, con suficiente dinero e ideas girando en un mundo global y multipolar, pero no del sistema financiero asesino de George Soros, sino de la humanidad toda. Allá vamos.

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