La situación en el ministerio de Agroindustria es complicada. Permaneció cerrado por unos días y cuando volvió a abrir se conoció la noticia de que serían despedidos 543 trabajadores. El ministro a cargo de la cartera, Luis Miguel Etchevehere, defendió la decisión al sostener que “es perfectamente legal, está dentro de la ley, y es una de las cosas que puede ocurrir”.
Entre los echados hay personal de planta permanente pero los afectados del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) son contratados a término, aunque cada diciembre se les venía renovando el contrato.
“No son precarizados. Son contratos que vencen todos los fines de año y que se renuevan automáticamente o no. En definitiva es un contrato y (el contratado) sabe que todos los años a fin de año se le vence”, afirmó el ministro de Agroindustria en declaraciones radiales al defender la medida.
Además, agregó que él se está “adaptando a todo lo que pide (el ministerio de) Modernización, Andrés Ibarra” y con los límites que le marcó el Presupuesto 2018 diseñado por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
Indicó en ese sentido que a fines del año pasado el Congreso votó una reducción nominal del 10,5% para el Presupuesto de Agroindustria, a lo que se le debe descontar la inflación, lo que arroja “un número al que hay que adaptarse este año”.
Agroindustria aplicó este año una reducción del 34% en los cargos políticos, que pasaron de 211 a 138; además, se redujeron de 20 a 8 las subsecretarías; y hubo una merma de gastos de 218 millones de pesos en viajes, viáticos, seguridad y seguros.
Lo más llamativo de todo es que después de esa explicación, Etchevehere dijo que la culpa de los despidos que se están registrando debería caer sobre el kirchnerismo porque en una “actitud irresponsable” aumentó en un 595% la plantilla de trabajadores de Agroindustria entre 2008 y 2015.
“En 2008 el ministerio tenía 606 empleados y cuando se fue el Gobierno anterior eran 4.212. Aumentaron de una manera irresponsable creando expectativas de algo que se convirtió en inviable y que aumenta la presión a todos nosotros porque esos sueldos los pagamos entre todos”, consideró Etchevehere.
Según dijo, en su cartera había cargos duplicados, triplicados y cuadruplicados, por lo que aclaró: “Tuvimos especial cuidado. Analizamos cada caso concreto. Estamos hablando de personas, sin ninguna duda. Priorizamos (para despedir) personal administrativo sobre el profesional”.