Mariana Gómez es la primera travesti del país en obtener un cargo en el Poder Judicial de la Ciudad y en pocos días habrá dejado atrás su trabajo como cocinera en un restó naturista para quedar bajo la órbita del personal administrativo del Juzgado Nº 4, que tiene a su cargo la jueza Elena Liberatori.
Con una camisa colorida, infaltables tacos y pantalón de vestir, Mariana no puede disimular los nervios ante el cambio de vida y camina de un lado al otro, haciendo fuerza con los pies. El tajo que tiene en el rostro, recuerdo de un pasado menos feliz que este presente, hoy casi no se nota y en su lugar, hay una sonrisa de triunfo.
Una de sus amigas, que la acompaña a la nota con Noticias Urbanas, dice que siempre le tuvo fe. ?Empezó trabajando en la bacha, lavando todo lo que quedaba sucio, pero jamás se rindió, siempre honesta y con ganas?, la describe. Las dos se asombran cuando suena el celular y se presentan, al otro lado de la línea, desde la BBC o de Radio Caracol, para hacerle reportajes. ?Sos famosa en todos lados?, le dicen sus ex compañeros de trabajo.
-¿Cómo te sentís con tu nuevo trabajo?
-Fue un cambio grandísimo pasar de una cocina al poder judicial, lo estaba tramitando desde noviembre y se dio cuando menos lo esperaba. Hace una semana estaba cocinando y viajaba una hora y media de La Boca a Las Cañitas para trabajar y ahora voy a estar en un lugar así…Me puse algo nerviosa en el acto donde me presentaron, encontrarte con gente que no conocés, pero que sabés que luchan por lo mismo que vos, es muy fuerte.
-¿Habías estudiado algo relativo al ámbito de la justicia?
-Yo estudié administración, ya desde el secundario, mi labor va a ser en el área organizativa. La que me conecta con este mundo es una abogada amiga con la que hacíamos trabajo social en el barrio de La Boca, donde vivo. Yo ayudaba a atender a la gente que no tiene posibilidad de contratar un abogado ni de pagar una consulta y ella siempre me decía, ?tenés que anotarte Mariana, hacé los trámites para ingresar?. Pero nunca creí que me fuesen a llamar…
-¿Por qué no lo creías?
-Porque en este ambiente, siendo travesti, es fácil que te dejen de lado para un montón de cosas, si para comprarme una remerita en una tienda, las vendedoras se codean y dicen ?mirá, un travesti?, ¿qué ganas podes tener de meterte a un ambiente como la justicia? Tenés miedo de que se te rían en la cara…Al día de hoy, sé que hay gente que no se presentó al acto de mi bienvenida porque dicen que no estaban de acuerdo. Yo lo único que quiero es trabajar…
-¿Esperás poder mostrar algo desde este nuevo lugar?
-Tiene que ver con abrir un camino. Y sí, creo que tiene que ver con mostrar a las otras chicas que se puede no ser prostituta siendo travesti, que hay otras opciones más que tienen que ver con el estudio, yo quiero aprender bien mi trabajo, pero seguir avanzando. Una vez que le agarre la mano quiero estudiar derecho, quiero entender todo lo que hago, no me gusta hacer las cosas de modo mecánico, no sé si ser abogada, pero tener una muy buena base.
-¿Qué te dijo tu familia?
-Estaban todos emocionados. Pobre, mi mamá llegó tarde porque vino desde Berazategui y no le calculó bien el tiempo de viaje. Mis amigas también están contentas y hasta la misma jueza, que además tiene una trayectoria enorme en lo que tiene que ver con los casos sociales y la pelea por la igualdad. La jueza Liberatori fue la segunda jueza en Argentina que casó a una pareja gay, en 2010, antes de que el matrimonio entre homosexuales fuera legalizado. Y fue re respetuosa, me consultó si quería que se anunciara que yo entraba a ese puesto, no me lo impuso y me dijo que me lo tomara con calma.
-¿Alguna vez pensaste en decir: me cambio el nombre en el DNI?
-No. Y es no porque no necesito que me traten de enferma para sentirme mujer, porque te ponen que tenés disforia de género cuando hacés el trámite…Yo soy Mariana, no necesito mil cirugías para verme mujer ni un papel que me lo diga. Que te declaren casi anormal no es algo que me guste ni que necesite.
-¿Por qué creés que a la gente le cuesta tanto entender las elecciones sexuales de los demás?
-Es que no hay una respuesta para explicar la intolerancia. ¡El otro día escuché por tv que al casarse gays, se rompía el equilibrio natural y eso traía terremotos! Es mucho…Yo creo que con mi decisión no jorobo a nadie, pero la gente involuciona…Y ojo, no es que me subí a un taco de la noche a la mañana, mis cambios fueron de a poco, mi madre siempre me apoyó en todo, mi padre y mis hermanos entendieron con el tiempo. Me empecé a llamar Mariano cuando vi que estaba demasiado vestida de mujer como para ser Rubén. Esta es una lucha mía contra el pensamiento retrógrado de la sociedad. De todos los días, de salir a la calle y decir esta soy yo, para que te acepten como sos, esa es mi gran lucha. Que hoy por hoy escuche Mariana Gómez y esa soy yo.
-¿Seguís a alguna figura o partido político?
-Soy mas bien de izquierda pero me cuesta confiar. No soy ciega ni ignorante y se que muchos que ves militando y luchando por los más pobres terminan transando y tienen precio, te hablan del hambre y tienen relojes y cadenas que salen millones. ¿Cómo te da la cara? Es feo, eso es una decepción…En el mundo por ejemplo, te muestran a La Boca como el lugar turístico y tradicional y hay una pobreza bárbara que no sale en las postales. Yo sigo trabajando allí y ves tantas necesidades que das clases, das de comer, terminás haciendo de todo. Creo que enriquecerse a costa del hambre del otro es lo peor que puede haber
-¿Cómo te ves en diez años?
-¡Vieja! Tengo 31…La verdad es que no sé. Obvio que me gusta pensar en una familia pero es una palabra muy grande, al igual que madre. Aún tengo que poner en claro muchas cosas en mi cabeza y en mi vida. Y esas decisiones se deben encarar responsablemente.