Una excursión al universo borgeano

Una excursión al universo borgeano

Coincidiendo con el 103° aniversario del nacimiento de Jorge Luis Borges, un equipo de trabajo, del que forma parte María Kodama, diseñó un itinerario por los lugares que frecuentó el escritor argentino. Una iglesia ortodoxa griega, las casas de los artistas Xul Solar, Evaristo Carriego y la suya propia, la sede de la facultad en donde enseñó Literatura Inglesa y Norteamericana y la sede en la que funcionaba la Biblioteca Nacional mientras Borges la dirigió son algunos de los lugares que intentan acercar a los turistas a los afanes y los placeres de un escritor que retrató el alma humana como pocos lo hicieron. El "tour" se repetirá dos veces en septiembre -el 7 y el 21- y los interesados deberán solicitar su plaza en la Subsecretaría de Turismo


La Subsecretaría de Turismo inauguró este sábado 24 de agosto, el día en el que se cumplían 103 años del nacimiento de Jorge Francisco Isidoro Luis Borges, un itinerario por la ciudad de Buenos Aires, para visitar los lugares que fueron parte de la vida del escritor argentino.

El "tour", que fue diseñado en conjunto con la mujer de Borges, María Kodama, se inició en su casa natal, en Viamonte 840, en la que ahora funciona la Asociación de Mujeres Cristianas. En ese lugar, de acuerdo al diseño de los arquitectos Carlos Campos, Karina Corn y Yamila Zynda Aiub, el Gobierno de la Ciudad está reconstruyendo el patio, en el que quizás se inspiró Borges cuando escribió: "el patio es el declive
por el que se derrama
la luna en la casa"

Partiendo desde el solar natal de Borges -que luce una fachada sumamente descuidada-, los turistas fueron conducidos al actual Rectorado de la Universidad de Buenos Aires, en Viamonte 430, donde hace muchos años funcionaba la Facultad de Filosofía y Letras. En ella Borges enseñó desde 1956 Literatura Inglesa y Norteamericana y, según relató: "pasé diez o doce años muy felices".

Luego el "tour" se dirigió hacia el edificio de México 564, el el que funcionaba la Biblioteca Nacional, que Borges dirigió entre 1955 y 1973, y donde actualmente está la Escuela Nacional de Música.

Desde allí, los turistas -el subsecretario de Turismo, Jorge Purciarello, manifestó que tiene la esperanza de que las empresas privadas operen este itinerario en un futuro cercano- fueron conducidos a la Plaza San Martín, frente a la cual vivió Borges por muchos años con su madre. Borges además, solía visitar la cercana librería "La Ciudad", que estaba situada en la mítica Galería del Este; y el Hotel Dorá, cuyo restaurante visitaba habitualmente con María Kodama.

Posteriormente, el destino de los expedicionarios al universo borgeano fue el Jardín Zoológico. Allí, el escritor solía pararse por horas frente a la jaula de los tigres, por los que sentía una particular fascinación. Su madre lograba finalmente arrancarlo de allí cuando lo amenazaba con quitarle los libros, y en esas ocasiones, como siempre ocurriría en el futuro, Borges sólo le permitía a la literatura llevárselo de allí.

En Serrano y Gurruchaga, vivió Borges con sus padres cuando aún era chico, en una casa cuyos jardines se continuaban con los de la casa de su abuela paterna. Ésta se ocupó de relatarle las hazañas militares de sus antepasados, en las que se mezclaban la historia familiar con la historia argentina. Si bien la casa no existe más, una placa en la vivienda erigida en el mismo lugar la recuerda.

En la manzana en la que estuvo situada esta casa, delimitada por las calles Guatemala, Serrano, Paraguay y Gurruchaga, ubicó Borges "La Fundación Mítica de Buenos Aires", desmintiendo a los que la situaron en otra parte:
"Dicen que en el Riachuelo,
pero son embelecos fraguados en la Boca.
Fue una manzana entera y en mi barrio: en Palermo."

Desde ese lugar los turistas se dirigieron a la Iglesia Ortodoxa Griega, en la calle Julián Álvarez 1036, cerca de su intersección con la calle Córdoba. En los años 60, Borges solía ir a ese templo de la comunidad griega para presenciar los milenarios rituales que allí se desarrollaban y para escuchar la música. Recordando esos momentos, Borges soñó:
"Mientras dure esta música
seremos dignos del amor a Helena de Troya.
Mientras dure esta música
seremos dignos de haber muerto en Arbela.
Mientras dure esta música
creeremos en el libre albedrío
esa ilusión de cada instante
seremos la palabra y la espada…
…Mientras dure esta música
mereceremos haber visto,
desde una cumbre la tierra prometida"

El jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, se unió fugazmente al recorrido en este punto. En el patio de la iglesia se descubrió una bella placa de mármol que recuerda la constante presencia de Borges y María Kodama para disfrutar de la profunda espiritualidad de los ritos ortodoxos por aquellos tiempos.

En la ceremonia de descubrimiento de la placa habló antes que Ibarra Monseñor Parasio, que recordó el afecto que la comunidad griega siente por Borges, mientras sufría serios tropiezos para pronunciar el apellido del subsecretario de Turismo. María Kodama destacó además el esfuerzo desarrollado por Borges para la continuidad de la enseñanza de los idiomas clásicos en la Universidad de Buenos Aires, y hasta se atrevió a pronunciar algunas palabras en el idioma de Sófocles.

El intenso final del itinerario incluyó en primer lugar un fugaz paso por la casa de Evaristo Carriego, en la que ahora funciona una biblioteca dedicada a la poesía. Desde allí, los navegantes borgeanos se dirigieron a la casa del gran artista Xul Solar, al que Borges
quería entrañablemente y cuya obra, además, admiraba.

Finalmente, el "tour" recaló en su último destino, la sede de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, que está situada en Anchorena 1660. Huérfana del apoyo de un estado que desprecia la cultura, la obra de Borges vive allí a pesar de los desatinos y la indiferencia de las autoridades, sostenida por María Kodama y un pequeño grupo de irreductibles colaboradores.

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