La negociación que los funcionarios porteños llevaron a cabo con los tenedores de los Bonos Tango I ya concluyó y el proyecto de ley está a punto de ser enviado a la Legislatura por el secretario de Hacienda y Finanzas, Miguel Ángel Pesce.
En la conferencia de prensa del presupuesto, que se realizó el 1 de octubre, incluso, Pesce destacó que la ley por la que la Legislatura porteña autorizará la negociación deberá ser aprobada antes que la de presupuesto.
La historia de la negociación del Estado porteño por los bonos Tango I y V, que consta de cinco series, viene de larga data. La serie uno de los bonos fue contraída en dólares; las series dos y cuatro, en liras, en tanto que la serie cinco lo fue en euros. La serie tres, en cambio fue tomada en pesos.
La Ciudad ya entró en default selectivo contra los bonos de la serie I, que venció en abril de este año y contra la serie V, cuyo vencimiento operó el siete de agosto. Los acreedores argentinos, con su negativa a concurrir a las asambleas de tenedores que se realizaron en Londres el 13 y el 27 de mayo últimos, tuvieron una influencia decisiva en la génesis de este default. En la primera asamblea, los acreedores europeos -poseedores de las series dos y cuatro- aceptaron la propuesta del Gobierno porteño, paradójicamente la misma que rechazaron los acreedores argentinos en la primera y la segunda asambleas.
A pesar de los desencuentros, las negociaciones con los tenedores de las series uno y cinco nunca se interrumpieron. Paradójicamente, la llave para que éstas lleguen al éxito, fue la existencia de la serie tres, en pesos, que nunca dejó de pagarse en término. Es que las AFJP, sus tenedores mayoritarios, al igual que tenedores importantes de las series uno y cinco, accedieron a negociar éstas a cambio de una actualización de los intereses de la serie en pesos.
La conclusión fue que Pesce enviará a la Legislatura una ley que lo autorice a negociar un aumento en los intereses de la serie tres, que estará atado al aumento de la recaudación de la oficina de rentas porteña. Por contrapartida, el secretario consiguió que los acreedores acepten negociar las series uno y cinco, después que éstos se negaron a viajar a Londres el 13 y el 27 de mayo últimos.
Los acreedores más duros a la hora de negociar fueron los franceses, que comenzaron dudando acerca de la incapacidad de pago de los porteños, aunque luego terminaron aceptando las mismas condiciones que aceptaron los tenedores de las series dos y cuatro.
Los argentinos, que en las asambleas de mayo dieron la nota al negarse a viajar a Londres, seguramente para no respirar la tradicional bruma británica, ahora esperan la ley que los legisladores votarían, en principio a fines de octubre, para volar a las islas británicas, si el cronograma se cumpliera, hacia fines de noviembre, según evalúan en la Secretaría de Hacienda.
