En estos días en los que la miseria se extiende por la Argentina como agua invasora y -por si esto no bastara- Anoop Singh termina de llegar al país, la Ciudad de Buenos Aires no consigue saltar el corrralito inexpugnable que levantó Jorge Remes Lenicov alrededor de las arcas nacionales.
Los funcionarios de la Ciudad se encuentran negociando por estos días con sus pares de la Nación, que comanda Oscar Lamberto, la concesión de un crédito por 360 millones de LECOP, que estarán ligados a una operación de redescuento del Banco Ciudad.
En el marco de esta negociación, los porteños se encontraron el viernes con el jefe de Lamberto, el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov. En esta reunión comenzó la etapa final de las negociaciones, que se vienen extendiendo desde hace algo menos de un mes.
Quienes conocen los recovecos del Ministerio de Economía dicen que por poco a los hombres y mujeres de Ibarra se les vino el alma al piso. La razón es simple: Remes y compañía se dedicaron durante toda la reunión a desactivar las expectativas de máxima de los porteños, es decir, la entrega de los 360 millones, aunque sea en LECOP.
Es impredecible por estos días la evaluación con respecto a la cifra que la Nación se allanará a concederle a la Ciudad. Lo que es casi seguro es que los porteños deberán conformarse con menos de lo que esperaban. El imperturbable hindú que comanda a las huestes del organismo internacional más odiado, en tanto, persistirá en su actitud habitual: "no más bonos provinciales y arréglense como puedan. Al fin y al cabo, yo no soy la Madre Teresa de Calcuta. Yo soy Anoop Singh, de Bramaputra".