Amor y paz, pidió el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Telerman, luego del allanamiento que el juez Luis Zelaya en la causa que se investigan las facturas emitidas por Sol Group, involucrada en el Caso Skanska, a la Secretaría de Prensa y Difusión porteña. En la conferencia de prensa, hecha en el Salón Blanco y ordenada al milímetro, el ex vocero no aceptó las preguntas de los periodistas, que fueron contestadas por el procurador general de la Ciudad, Agustín Zbar.
El candidato aseguró que las acusaciones hechas por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en el Congreso no tuvieron "ningún fundamento", por lo que le llamó la atención el "tiempo récord" en que justicia actuó ante la denuncia hecha "por otro dirigente del mismo color político (Miguel Bonasso)", el que finalmente "logró en tiempo record una orden de allanamiento".
"Invocó a la máxima autoridad de la república para haya que el clima político que tiene que ser, el de la alegría y la celebración", dijo Telerman, luego de denunciar que comparar el allanamiento con la rotura de bombitas, el anegamiento de calles y la quema de villas. "Están atacando la gobernabilidad", repitió el jefe de Gobierno, luego de dejar afuera de la campaña sucia a los afiches, porque "son pintorescos".
"Hay que decir basta a tiempo —dijo Telerman— para evitar la creación de un clima de violencia que tanto daño le hizo al país (…) Comprendo al Presidente cuando dice que a su madre la molestaron. Yo nunca lo dije, pese a que me lo recomendaron, pero hace dos meses que constantemente hay marchas inexplicables en la puerta de mi casa, que atosigan a mi familia". "La próxima elección —aseguró— no es un momento de vida o muerte. En una familia, espero que no en la mía, hay gente que vota distintos candidatos y no pasa nada. No siento que mis adversarios sean mis enemigos y ojalá que ellos sientan lo mismo".
Según Telerman, "la política es civilidad, es diálogo, es encuentro, es discusión y es sentar las bases de la vida en comunidad. Es construir sin amenazas, sin denuncias, sin espectaculares allanamientos de cosas que ya están ahí al alcance de todos, sin dañar la honra de las personas, sin hostigar la familia, sin tapar sumideros, sin promover incendios, sin vandalizar parques", arremetió el jefe de Gobierno.
Inmediatamente, el candidato a la reelección abandonó el Salón Blanco para dejarle el escenario a los ministros de Hacienda, Sergio Beros, y de Gobierno, Diego Gorgal, y el procurador general de la Ciudad de Buenos Aires, Agustín Zbar, quien fue el encargado de dar la cara, mientras el resto del gabinete lo miró sentado al costado de los periodistas. El dirigente radical habló de "casualidades" y disparó sobre el juez, de quien deslizó que está presionado porque tiene una investigación en el Consejo de la Magistratura "que controla el oficialismo".
"Un diputado del oficialismo el lunes pasado se presentó ante un juez manifiestamente incompetente para formular una denuncia sobre hechos que estaban desde hace bastante tiempo atrás por otro juez", manifestó Zbar, quien agregó: "Ese juez ordenó en tiempo record ante la sola presentación de fotocopias de facturas que ya habían sido exhibidas en el Congreso Nacional. Con esas fotocopias ordenó el allanamiento en la Secretaría de Prensa y Difusión, que se concretó en forma violenta, lastimando a trabajadores del Gobierno de la Ciudad que fueron atendidos en el Hospital Argerich".
"Apenas se produjo el allanamiento —agregó— pusimos a disposición con el ministro de Hacienda del personal enviado por el Juzgado toda la documentación que estaba buscando, veinte juegos de fotocopias certificadas de expedientes administrativos. Eran el objeto del allanamiento, sin embargo el allanamiento se extendió y se instalando en más y más oficinas del Gobierno de la Ciudad con un despliegue de personal realmente inusitado para la situación".
