El 3 de mayo, a las 19, se inaugura en el Centro Cultural Borges la muestra "Xavier Carbonell. 20 años de pintura", exposición antológica de uno de los más importantes artistas españoles de hoy, cuyo obra ha recorrido las principales salas, galerías y ferias de arte del mundo y recibió el Primer Premio en el prestigioso Salon des Nations, de París.
La exhibición está integrada por 29 obras -óleos, litografías y dibujos- realizados por el pintor catalán entre 1987 y 2007. Son retratos femeninos, bodegones, paisajes urbanos y otros motivos en los cuales puede apreciarse la depurada elaboración técnica de imágenes dotadas de una fuerte capacidad de impacto y seducción en su relación directa con el espectador.
Xavier Carbonell nació en 1942 en Olot, al pie de los Pirineos. Su vocación por la pintura despertó tempranamente, mirando trabajar a su padre, el conocido pintor y escultor Lluis Carbonell. Precisamente de él recibió las primeras enseñanzas.
Si bien en sus inicios desarrolló una pintura que él mismo califica como "más oscura y cerrada", su obra actual se distingue por ser extremadamente luminosa, abierta y sensible.
Aunque pasa todo el tiempo que puede en su estudio de Olot, un lugar lleno de objetos, medallas y premios, incluyendo una enorme colección de sombreros y escudos de diversos conflictos bélicos, como la Guerra Civil española, Carbonell y su obra han recorrido el mundo y el año pasado realizó su exposición número 100.
Entre otros lugares, ha expuesto en Madrid, Barcelona, Madrid, New York, Zurich, Viena, París, Washington, Luxemburgo, Hong Kong, Londres, Roma, Singapur, Montecarlo, Brucelas, Seúl, Tokio, Río de Janeiro, Malasia, Génova, Sofía y México.
En 1995 realizó su única exposición en Buenos Aires. Importantes museos y colecciones privadas poseen obras suyas, entre ellos: Museo Olímpico, Lausana; UNESCO, París; Parlamento Europeo, Estrasburgo; Cathay Pacific, Amsterdam; Jackson Collection, California; Samling Corporation, Sarawak, Malasia.
Ingresar en el universo pictórico de Xavier Carbonell es una experiencia fascinante. Sus paisajes urbanos cargado de luz, transparencias y esfumaturas hablan de la depurada técnica y exquisita sensibilidad de un artista con pleno dominio de sus recursos expresivos.
Enamorado de las ciudades, su pintura brinda visiones originales de urbes tan contrapuestas como Venecia o Nueva York, de las cuales, más allá de las formas exteriores, consigue captar la esencia secreta.
Su imagen de San Giorgio, al fondo de la laguna y perdida entre la bruma, con un fragmento del muelle y algunos postes asomando de las aguas oscuras en primer plano, comunica toda la melancolía y sensación de eternidad que despierta Venecia en el visitante.
La misma intensidad transmite el artista a sus obras sobre Nueva York, en las cuales captura no solo el monumentalismo de los edificios de Manhatan sino también su contagiosa energía. No menos sugerentes son sus retratos de mujeres o sus naturalezas muertas.
El crítico de arte dominicano Abil Peralta Agüero, autor de un libro sobre la obra de Carbonell que acaba de ser presentado en Barcelona, afirma: "Su pintura, dotada de un lenguaje próximo al pop contemporáneo, es un arte poblado de signos y símbolos propios de la estética y la arquitectura urbana de las grandes metrópolis, sumándole al contenido de su obra, su pasión por el lenguaje musical y escénico de la ópera…"
Por su parte, el estudioso francés Georges-Henry Gourrier escribió: "Xavier Carbonell reserva siempre un lugar privilegiado donde celebrar el secreto matrimonio entre la imaginación y la poesía. La vida real esta ahí, capturada en todo su potencial, desde la manifestación de la materia hasta la trascendencia del alma".