El delegado gremial del Sistema de Atención Médica de Emergencias (Same), Eduardo Marino, denunció que los déficits de esta red de asistencia primaria son aún más graves que los denunciados por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, que en un informe había revelado que el Same tiene pocas y deterioradas ambulancias. Y además, que sus empleados trabajan en condiciones insalubres.
Este jueves por la tarde, Marino dibujó a NOTICIAS URBANAS un cuadro de situación más grave aún. El director del sistema de emergencias de la Ciudad, Germán López, había explicado que para funcionar bien, el servicio debía contar diariamente con 59 ambulancias, aunque realidad cuenta con 53 o 57 "según el día". Sin embargo, Marino lo contradijo.
El delegado gremial consideró que, si bien el Same tiene un total de 80 ambulancias -tal como indica el informe de la Defensoría y admiten en el Same-, en la práctica funcionan "entre 30 y 35 para toda la Capital". Marino denunció, además, que el servicio de radio operadores -los empleados encargados de recibir el pedido de ayuda- es deficitario y que los choferes trabajan "expuestos a contagios y a robos, porque tienen que ir a villas; asistir en tiroteos y otras zonas de riesgo".
"En cuanto al resto de las ambulancias, 10 no tienen reparación y, después están las que se van cayendo", apuntó a este medio el gremialista, quien explicó que los vehículos sufren "fatiga" por el tipo de uso que se les da.
"El Same no sólo atiende a la gente que no tiene obra social. Cubre el Pami porque los jubilados nunca se pueden comunicar con su obra social; a la gente que tiene obra social con coseguro porque, según nos cuentan, tiene que optar entre pagar el traslado y comprar el remedio. Además, nos llaman de lugares donde supuestamente tendrían que tener un servicio privado. Y nosotros tenemos que ir sí o sí porque se trata de una vida", reseñó.
En este esquema de funcionamiento -y siempre según el delegado gremial- se utilizan entre dos y cuatro ambulancias diarias para el traslado pacientes entre hospitales; aquéllos que necesitan quimioterapia; diálisis; tratamientos quinesiológicos. También se trasladan insumos hospitalarios como sangre, remedios y material para esterilizar.
"Diversificados, cubrimos lo que podemos y lo que no podemos también", alertó Marino.
El informe de la Defensoría también había apuntado a las malas condiciones en las que trabajan los empleados, cuya sede central queda en el edificio de Zuviría 64.
Marino agregó a esta denuncia el déficit en la cantidad de radio operadores y en el sistema de radio. "Antes de la informatización, nosotros necesitamos que se reparen los canales de radio o bien contar con un método alternativo", apuntó.
Finalmente, el delegado reclamó un "reconocimiento" a la labor de los empleados del Same y que el sistema sea considerado como "un hospital más" para que pueda disponer del presupuesto que le corresponde "por ser el primero en intervenir en la atención primaria".