Los cuatro reyes de un mazo revuelto

Los cuatro reyes de un mazo revuelto

Una aparición pública proponiendo el desdoblamiento de las elecciones y en contra de la supersábana que imagina el ibarrismo, fue motivo de negociación durante todo el día de hoy entre las huestes de Scioli, Béliz, Macri y Bielsa. Distintas viscitudes se vivieron a lo largo de la jornada y seguirán buscando un acuerdo mas firme en las próximas horas. La movida se podría hacer el viernes e incluiría una conferencia de prensa y una solicitada


Rafael Bielsa publicó una columna de opinión en el diario La Nación en el día de hoy miércoles. Un texto bastante similar rezaba un comunicado que pretendía este sector presentar mañana jueves en conferencia de prensa, junto a los también precandidatos, Mauricio Macri, Gustavo Béliz y Daniel Scioli. La idea de la transversalidad del evento, era el desdoble de la elección comunal de la nacional y una cruzada contra la supersábana que proponen desde el oficialismo, ambas cosas compartidas por todos ellos. Pero por distintos motivos la misma se fue desinflando en la inmediatez o quizás postergando con el correr de las horas.

Un párrafo de la columna de Bielsa hacía referencia a la elección simultánea de convencionales constituyentes con las internas partidarias en noviembre del corriente año. La mezcla de una actividad partidaria optativa con una elección institucional obligatoria prendió la primera luz amarilla en el trencito del acuerdo. Desde los distintos sectores empezaron los reclamos por reducir la convocatoria unicamente al fin de el desdoblamiento electoral y el no a la sábana. Eduardo Valdés, uno de los mentores de la operación no paraba de atajar penales y ardía su celular. Unos protestaban por no estar de acuerdo directamente con la idea de llamar a Constituyente (los belicistas) y otros por la imposibilidad real de juntarlas con las internas. Luego el tema fue limado en parte, cuando los de GESTA decidieron cambiar las fechas y sacar la Constituyente del temario común.

No faltaron tampoco aquéllos que argumentaban que "Bielsa no debió haber publicado previamente su idea en el citado matutino ya que ahora quedamos todos corriendo detrás de sus palabras". El entusiasmo inicial de Béliz fue decreciendo a medida que pasaban las horas y sus operadores- en especial Pimpi Colombo- preferían la prudencia a medida que tomaban conocimiento de las novedades que provenían de los otros cuarteles. El acuerdo de eliminar la Constituyente del discurso aumentó las chances de que concurran.

Scioli no estuvo -ni está- convencido de asistir, ya que a pesar de mirar con ambiciones la contienda todavía no se calzó oficialmente el traje de candidato. El hombre del Abasto esta deshojando la margarita entre competir en la interna justicialista, como lo tienta el el sector encabezado por Miguel Angel Toma (quién hoy está negociando con Macri) o encabezar un Frente con base en el peronismo pero más amplio, teoría a la que adhieren su principal espada en la Legislatura, Alicia Pierini, el dirigente Roberto Ravale y un conjunto de gremios que los respaldan. De los cuatro es el que mas duda en la conveniencia de la jugada.

Desde la Fundación Crear y Crecer, el think tank de Macri, sobre el final de la tarde también negaban la asistencia del presidente de Boca en la conferencia de prensa, aunque no descartaban la solicitada como metodología de expresión pública, algo que probablemente vea la luz el próximo viernes. En cualquier escenario, Macri ya dio el sí y dirá presente al lado de Bielsa.

Cabe aclarar que quien tiene la llave en su poder para citar a elecciones es exclusivamente el jefe de Gobierno Aníbal Ibarra, quién está esperando que el Presidente de la Nación firme el decreto nacional para plasmar con su firma la versión metropolitana. Allí se elegirían jefe y vicejefe de Gobierno y los 60 legisladores, ya que la cámara se renueva totalmente. De todos modos esto -más allá de los resultados- ocurriría en diciembre del 2003, ya que a Ibarra se le hará imposible juntar los 40 votos efectivos para lograrlo antes.

Esos nueve meses son la gran incógnita en el caso que Ibarra, como todo lo hace suponer, adelante las elecciones para tirar con Carrió, ya que de no lograr la reelección se le tornaría inviable la gobernabilidad y se abriría otro hueco de discontinuidad institucional. Muy distinto sería que ganara, ya que en ese caso, la situación seguiría como hasta ahora en su relación con la Legislatura (dónde no la lleva fácil), pero con el fortalecimiento de la reelección como plus adicional.

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