No había que pagar un canal plus para verlo (sólo había que estar en este portal o en algún otro que se sumó) y no estaban Jorge Lafauci ni Jorge Dorio explicando la teoría de la convivencia del ser humano. Tampoco Jorge Rial saldrá contando lo que allí se vio, ni quién se miró con mas amor o más odio, pero los vecinos de la mundo pudieron apreciar durante la mañana de este viernes 6, la media jornada de actividad del jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Telerman y su Gabinete, todo como si fuera un Gran Hermano. Y NOTICIAS URBANAS lo siguió en todo momento.
Por unos minutos nos sentimos como personal de seguridad que vigila en un banco, las cámaras estratégicamente ubicadas nos mostraban cada paso del jefe de Gobierno por su despacho. Si salía de un salón, la cámara inmediatamente cambiaba; si entraba, otra vez, y así sucesivamente. Como en televisorcitos blanco y negro donde el muchacho que vigila ve todo, nosotros, desde nuestro monitor, también vigilamos a Telerman y a sus visitantes, en su gran mayoría miembros del gabinete y en algunos casos invitados especiales.
"Y voy a convencer uno a uno a los legisladores”, dice mientras camina de lado a lado y cambian las cámaras de acuerdo a los ambientes en los que Telerman transita. No para de hablar expresivamente por teléfono acerca de obras que se tienen que realizar, y discusiones que será necesario establecer. El histrionismo del jefe porteño, en pose actoral de eficiente e informado, tiñó las larguísimas cuatro horas de este primer contacto. Oscar Feito, ladero y amigo del jefe, además de padre de la criatura, fue uno de los que apareció con más asiduidad y participó del cierre con Guillermo Nielsen y el presupuesto conflictivo.
Entre otras actividades, Telerman estuvo reunido primero con Sergio Beros, con quien habló acerca del parque de los artesanos, entre otras cosas, luego con el ministro de Obras Públicas del Gobierno de la Ciudad, Juan Pablo Schiavi, -quien llegó acompañado de Benito Roggio (Metrovías)- para charlar el tema de las obra de los subtes; con el ministro de Hacienda, Guillermo Nielsen, para charlar no sabemos de qué tema, porque extrañamente se bajó el volumen y su testimonio en esta primer película fue inaudible, aunque suponemos que fue acerca del Presupuesto 2007.
También estuvo con la ministra de Espacio Público, Lía María, quien no paró de desplegar planos con las actividades de su ministerio en los distintos CGP Comunales, pero leerlos en esa mesa ratona parecía más difícil que leer La Nación en el subte y Telerman expresó "¿yo me puedo quedar con esto?, así lo veo más tranquilo".
"Más tranquilo", porque aunque se lo vio distendido como siempre suele vérselo ante las cámaras, el jefe de Gobierno fue en todo momento muy consciente de que estaba siendo observado y, coqueto como es, nunca quedó en un mal plano.
A lo largo de la mañana, las visitas del Gabinete -coordinadas en tiempo y forma por Oscar Feito- fueron interrumpidas por varios radios nacionales. Por lo cual se podía escuchar por la radio y, a la vez, ver la imagen a través de Internet.
También estuvo por allí, la ministra de Derechos Humanos, Gabriela Cerruti y los temas sociales anunciando que marcharán hoy por la aparición con vida de Julio López. estuvo acompañado de Carlos Chile del MTL, quienes lograron llevar a cabo un proyecto de autogestión de viviendas con ayuda estatal.
“La idea es ver cómo trabaja el Jefe de Gobierno una mañana normal, no se armó una agenda especial”, dijeron aunque es poco creíble. Pasaron revista en cada área a todos los temas claves del gobierno poniendo especial énfasis en lo de mayor "potencia electoral".
Así y todo, la idea parece positiva, ya que siempre es bueno además del contacto directo con la gente, utilizar las nuevas tecnologías para mostrarse, transparentar y brindarle a una porción social (que tiene tiempo y computadoras) en qué piensan los gobernantes y darle la posibilidad de conocerlos, ya que muchos de ellos no tienen niveles de conocimiento aceptables. Hubiera sido más efectivo un corto que un largometraje para Telerman I, sin tanta visita con planos que nadie veía y una aparición más contundente en un unipersonal. Pero mejor que decir es hacer y lo hicieron. Bien.
