El remate de una parcela del terreno conocido como Casa Amarilla es el eje de una nueva polémica entre los boquenses y la Comisión Municipal de la Vivienda (CMV).
La agrupación denominada "Vecinos por los Terrenos de Casa Amarilla" se opone a la venta y comparó esta práctica con las realizadas durante la intendencia de Carlos Grosso. Por su parte, desde la CMV afirman que el organismo no promovió la subasta y que, por el contrario, procura evitarla.
Fue precisamente durante la intendencia de Grosso que la Ciudad le cedió estas tierras de dominio público a la empresa constructora Eugenio Grassetto S.A., para la realización de un proyecto inmobiliario. La transferencia se realizó el 3 de marzo de 1993. Luego la entidad quebró y todo quedó en la nada.
Cercado por carteles publicitarios por años, ese predio fue usufructuado por quienes libremente, utilizan las tierras y calles de lindantes a la Bombonera para realizar su "negocio de estacionamiento a cielo abierto", cada vez que Boca juega de local. Según afirmaron fuentes del lugar, en el terreno llegó a colocarse una casilla con un sereno que, una vez que quedó cesante, no fue indemnizado.
"La CMV dejó pasar 10 años sin gestionar la devolución, por incumplimiento del convenio que originó esa transferencia ilegítima -aseguraron a NOTICIAS URBANAS miembros de la agrupación que reclama el predio para el barrio- y ahora solicita la ejecución de las tierras para cobrar una ficticia deuda hipotecaria". Los vecinos se quejan de que, en lugar de lograr que la empresa devuelva el terreno, se intente su remate. Comparan esta situación con la de un propietario que, para recaudar un alquiler impago, termina vendiendo su propio inmueble.
LA CMV ASEGURA QUE QUIERE PARAR EL REMATE
Fuentes de la CMV aseguraron a NOTICIAS URBANAS queese organismo no promovió la subasta del terreno y que, en consonancia con los pedidos vecinales, están haciendo todo lo posible por evitarlo.
"La subasta fue promovida por el síndico de la empresa quebrada", afirmó un vocero del organismo. "La intención de la CMV -agregó- es salvaguardar el interés de los vecinos".
Al ser consultado por este medio acerca de por qué la compañía no saldaba la deuda que tenía con la CMV a través de la entrega del terreno sin llamar a remate, la fuente supuso que, por tratarse de una empresa en quiebra, posiblemente tenía más de un acreedor y que, por esa razón, habría promovido la subasta.
De resultar esto cierto y de producirse la venta, la Ciudad no solamente no recuperaría el predio -que sería rematado- sino que tampoco obtendría la totalidad de su valor en dinero -ya que la suma recaudada se utilizaría para satisfacer a los demás acreedores.
Además de solicitar la suspensión del remate, una posibilidad que se maneja en la CMV es la de presentarse al mismo, recomprar el predio y solicitar al juez la compensación del crédito por parte de la empresa. El precio base del terreno es de 800 mil pesos.
