Asociado con casi una decena de asociaciones de defensa de los consumidores, el Gobierno porteño realizará una fuerte campaña de difusión, para tratar de evitar que los precios de la canasta familiar básica aumenten de manera desmedida.
Miguel Fortuna, director de Defensa y Protección del Consumidor, "trataremos de que haya un seguimiento de los precios. En este terreno tenemos una gran ventaja, si comparamos la situación de hoy con la de 1989, cuando la inflación parecía incontrolable, porque ahora las asociaciones de usuarios y consumidores están más desarrolladas que entonces".
"El Gobierno se comprometió a dar una línea de seguimiento de los precios orientativos. La campaña va a ser informativa y esta información va a ser procesada porque necesitamos saber dónde están los disparadores de los precios", dijo Fortuna.
"La campaña, de todas maneras, no se limitará a controlar la evolución de los precios, que es un rubto que tiene sus limitaciones, porque no se puede evitar legalmente el aumento de precios. Aún así, se puede dearrollar políticas de defensa de los consumidores y políticas para evitar el desabastecimiento y el mercado negro", aseguró el funcionario.
"Entre las medidas que tomaremos -y acerca de las cuales informaremos en la campaña- está la de obligar a los comerciantes de poner todos los precios a la vista-aseguró Fortuna-. También insistiremos en desactivar un procedimiento habitual: la diferencia que hay a veces en los precios que se exhiben en las góndolas y los que se pagan efectivamente en la caja de algunos negocios".
"En medio de esta crisis hay algunas cosas que son absurdas. Algunos panaderos relataron que sus proveedores les aumentaron la harina alrededor de un 30 por ciento y los molineros argumentaban que esto era debido al aumento del dólar. Cuando los panaderos les decían que el dólar no tenía ninguna incidencia en el precio de la harina, los molineros -muy sueltos de cuerpo- contestaban que si ellos no vendían su producción en el mercado interno podían hacerlo en el mercado externo, entonces preferían venderla aquí a valor dólar. Y que por eso aumentaban su producto", se ríe Fortuna.
"De todos modos, hay dos cosas importantes -finaliza el director de Defensa y Protección del Consumidor- que debemos informar. La primera, es que no vamos a desatar una caza de brujas contra los comercios de barrio, que a menudo son tan víctimas de los grandes empresarios como los propios consumidores, ya que les quitaron las bonificaciones con las que compraban, y eso es un aumento encubierto, porque se hace sin que la lista de precios se modifique. La segunda, es que los precios no se han modificado demasiado, por más que aún ese aumento sea injustificado. De todos modos, a fines de esta semana vamos a empezar a informarle a la gente acerca de la evolución de los precios de la canasta básica".
