La ley que regula las infracciones en la Ciudad de Buenos Aires cuenta ya con más de una década y, al entender del jefe de Gobierno porteño, ya se encuentra desactualizada. Con la idea de aggiornar la normativa que controla y sanciona todas las infracciones que se cometen en el territorio porteño, Mauricio Macri encomendó a sus equipos la tarea de realizar una reforma profunda a la Ley 451, conocida como el Régimen de Faltas.
Según informaron a Noticias Urbanas fuentes del Ejecutivo porteño, el líder del Pro congregó a representantes de 25 áreas de gobierno para solicitarles que realicen velozmente un informe sobre qué puntos deberían cambiarse del Código de Faltas por vetustos, y en qué tipo de casos se encuentran con carencias de herramientas legales para controlar y sancionar infracciones.
Uno de los puntos con el que varios ministros y subsecretarios coincidieron es en la ineficacia de la “amonestación” como sanción, y, en la inexistencia de infracciones para situaciones irregulares vinculadas al medioambiente.
La misión encomendada por el jefe de Gobierno a sus ministros, subsecretarios y directores es clara: actualizar el Régimen de Faltas, quitar las faltas que ya no tienen sentido, incorporar infracciones nuevas, modificar el sistema de sanciones y recrudecer los montos de las multas para que el ciudadano tome más en serio las faltas.
Las escasas sanciones que algunas contravenciones reciben de manos de la justicia porteña es otro de los puntos que Macri quiere revertir, y con este objetivo, se podrían convertir en faltas actuales casos contravencionales como manejar bajo los efectos del alcohol o generar ruidos molestos.
Este cambio en el tipo de conductas que no respetan la normativa -de contravención a falta- tendría como fundamento que la sanción de las infracciones son mucho más rápidas y efectivas ya se realizan por medio de un controlador de faltas y no de un juez y el correspondiente proceso judicial.
Entre las posibles incorporaciones al Régimen de Faltas suena la creación de una nueva falta vinculada a proteger los árboles porteños y sancionar con fuertes multas a quienes efectúen alguna modificación en los ejemplares de la flora pública que pudiesen afectarlos (inyección de sustancias que secan a los árboles, por ejemplo).
Como ejemplo de faltas que posiblemente pasarán a la historia se encuentra el “tiro al pichón” que actualmente está vigente que sanciona con multa de 100 a mil unidades fijas, y el decomiso de los objetos empleados para cometer la falta a quien “practique el tiro al pichón, con palomas y otro animal en cualquier parte del territorio de la Ciudad”. También podría desaparecer el código de faltas la sanción a quien no “elimine yuyos y maleza en las veredas”.