Familiares de los fallecidos en el boliche Beara denunciaron que legisladores y funcionarios del PRO están promoviendo la designación como juez de Martín Diego Farrell, exdirector de Habilitaciones y Permisos del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al momento del siniestro.
“Al día de hoy sigue abierta la causa que lo involucra por el cobro de coimas a los dueños de Beara, a cambio de permitir el funcionamiento del lugar sin que se cumplan con los requisitos que marca la ley vigente y sin aplicarles los controles pertinentes”, argumentó Juan Lizarraga, familiar de una de las víctimas fatales de Beara. El fiscal que entiende en la causa, Andrés Madrea, pidió recientemente que Farrell sea nuevamente llamado a indagatoria, ya que “existen pruebas que lo vinculan al delito de cohecho”.
La legisladora porteña María Rosa Muíños, fue una de las primeras funcionarias en manifestar su rechazo al nombramiento del acusado. Actualmente Farrell está postulado a ocupar el Juzgado Nº 5 del fuero Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad, el cual se encuentra vacante tras la designación de la jueza Fabiana Schafrik como integrante de la Cámara de dicho fuero. Los cuestionamientos a la designación de Farrell como juez deberán seguir los caminos procedimentales, vía presentación de impugnaciones, las cuales deberán ser analizadas por la Junta de Ética de la Legislatura.
Según resaltan los familiares de las víctimas fatales de la tragedia del boliche Beara, Farrell también se encuentra imputado en otras causas penales, donde se lo acusa de violación de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad, y es por esto, que Lizarraga sostuvo que “resulta indignante que el PRO continúe con la tramitación de su designación sin que les importen los chicos muertos y los heridos como consecuencia del derrumbe, la negligencia y el proceder delictivo de este tipo de funcionarios”. “Darle una mano a Farrell es darle una mano a la corrupción”, subrayó el padre.
La tragedia ocurrió en la noche del 10 de septiembre de 2010, cuando el entrepiso del boliche Beara, ubicado en Scalabrini Ortiz 1638, barrio de Palermo, se desmoronó con el peso de una multitud de adolescentes que bailaba y saltaba. Ariana Beatriz Lizarraga, de 20 años, y Paula Leticia Provedo, de 21, murieron y otros 14 chicos sufrieron heridas de diferente gravedad, tales como desfiguración de rostro y hemiplegia.