La Iglesia argentina publicó, en los últimos días, un conjunto de documentos críticos sobre la educación sexual escolar bajo el título "El desafío de educar en el amor". Esta publicación fue criticada, a su vez, por los legisladores kirchneristas porteños Ana María Suppa y Diego Kravetz -presidente del bloque K-, que defienden el rol del Estado en este tipo de educación. Un nuevo round de una discusión eterna.
"A través de la educación sexual el Estado no busca sustituir a los padres sino complementarlos, reconociéndolos en su condición de primeros educadores", reconocieron los diputados a través de un comunicado. Suppa y Kravetz, junto a la radical disidente María Florencia Polimeni, fueron los autores de un proyecto que generó amplio debate junto.
Según el comunicado, aunque los primeros dos comparten con los obispos "la necesidad de respetar los valores ético-religiosos", les pidieron que "aclaren a qué familia dicen defender cada vez que alertan sobre los supuestos peligros de que el Estado imparta educación sexual, ya que no hay uno sino muchos modelos de familia: familias que educan en el
amor y familias que convierten a los hijos en víctimas del abuso, por ejemplo".
Por otro lado, los legisladores kircheristas expresaron: "Sólo la ignorancia y el oscurantismo pueden llevar a rechazar la incorporación a la enseñanza de la perspectiva de género, que apunta al reconocimiento de la igualdad de derechos, oportunidades y trato entre varones y mujeres".
