Un grupo de arquitectos de Belgrano R dio a conocer su opinión acerca del proyecto que la Secretaría de Planeamiento Urbano promueve para recuperar la zona comprendida por las avenidas Congreso y De los Incas y las calles Holmberg y Donado. Se trata del sector en el que se realizaron demoliciones durante la intendencia de Osvaldo Cacciatore, para construir la autopista 3, que finalmente no se realizó.
La propuesta del gobierno porteño consiste, fundamentalmente, en la ampliación de la Avenida Parque, desde la Avenida Congreso hasta el punto en el que
confluyen las avenidas De los Incas y Álvarez Thomas, la construccción de 26 edificios de entre 6 y 8 pisos de alto costo, y de viviendas populares, en los terrenos que queden remanentes. El tema es ríspido y atañe no solamente al área de urbanismo del gobierno porteño, sino también a la de vivienda, ya que las casas demolidas fueron ocupadas, durante el transcurso del tiempo, por más de 400 familias, que ahora reclaman una solución.
Apoyo crítico
Los arquitectos Flora Manteola, Yvonne Meninato, Silvia Amuchástegui, Jorge Feferbaun, Marcelo Naszewski y Ricardo Viglione decidieron dar a conocer a este medio sus propuestas y críticas al proyecto oficial, debido a que sus opiniones, según denunciaron, no fueron tenidas en cuenta por el Consejo Asesor que desde abril de este año, se reúne todos los lunes para analizar el proyecto oficial y estudiar sus posibles alternativas.
Si bien se mostraron de acuerdo con la creación de la Avenida Parque entre Congreso y Avenida de los Incas, manifestaron su temor de que ésta se convierta en la única vía de ingreso sin barreras desde la General Paz. Según Daniel Bagnoli, delegado comunal del Centro de Gestión y Participación Nº 12 y presidente del mencionado consejo consultivo, esta reserva es compartida por la mayoría de los vecinos de la zona, quienes no quieren que el perfil residencial del barrio se diluya con el trazado de un corredor automovilístico.
Para evitar esta situación, los arquitectos realizaron diferentes propuestas, como la apertura de otras vías (como Álvarez Thomas, Triunvirato o Congreso) y los
respectivos pasos a desnivel del ferrocarril, o la continuación de la línea B de subterráneos hasta las cercanías de la estación Saavedra, para fomentar el uso de otro medio de transporte en lugar del automóvil.
En lo referente al tejido urbano, pidieron que se respetara la diversidad de usos y alturas en las distintas zonificaciones que recorre el trazado de la Avenida Parque -en lugar de reglamentar una normativa única y uniforme- para que se mantengan las diferentes características de los consecutivos barrios y el respectivo valor de los terrenos.
El grupo de arquitectos también opinó acerca de las parcelas de terreno que quedarán remanentes. Al respecto, solicitó que sólo se transfieran a la Comisión Municipal de la Vivienda (CMV) los predios necesarios para cumplir con la ley 324, que promueve su uso para resolver el problema de vivienda de los ocupantes de las casas demolidas, y que el resto se venda en licitaciones públicas para emprendimientos privados.
Con respecto al plan de relocalización de los ocupantes de los edificios semidemolidos (y la venta por licitación de las tierras) que planteó el gobierno porteño, los mencionados profesionales sostuvieron que la alternativa "parece
viabilizar una operación concreta, rápida y positiva", aunque puntualizaron que "no se conocen los términos del estudio económico de activilidad que aseguren la sustentabilidad del proyecto".
Finalmente, sostuvieron que "es esencial" que la propuesta gubernamental "cuente con la resolución de temas de servicios de provisión de agua, gas, energía y, sobre todo, el estudio de niveles y desagües pluviales" y abogaron porque el proyecto se vaya realizando por etapas, para asegurar "la terminación de cada una como un conjunto acabado en sí mismo".
