Un profesorado en ruinas

Un profesorado en ruinas

El Joaquín V. González, el profesorado más prestigioso de la Capital Federal, en el que se dictan decenas de carreras nuevamente tuvo que suspender las clases en el turno vespertino, este lunes, por la pésimas condiciones de infraestructura. El corte de luz, la inundación o la falta de agua son moneda corriente


A las 18:10 de este lunes miles de alumnos, futuros docentes, abandonaban las aulas del Instituto Superior Joaquín V González, por la falta de agua.

Las soluciones para mejorar la infraestructura del profesorado, que funciona de prestado en el centenario edificio del colegio Mariano Moreno, no llegan pese a los reiterados reclamos y movilizaciones. Un ejemplo lo demuestra, en la biblioteca, ubicada en el tercer piso, este lunes desde el mediodía no había luz para los lectores.

En lo que va del año se han producidos suspensiones de clases, como el de este lunes, por otros motivos como la falta de energía eléctrica o la inundación que provocan las fuertes lluvias.

El Ministerio de Educación de la Ciudad, a cargo de Ana Clement, parece no escuchar a los estudiantes y profesores que reclamaron en lo que va del año en dos oportunidades. La primera, el 4 de este mes, con clases públicas en la avenida Rivadavia al 3500 y la segunda, el miércoles pasado, con una movilización de varios centros de estudiantes de profesorados hasta las puertas del edificio de la Jefatura porteña y la Legislatura.

El Gobierno de la Ciudad compró un nuevo edificio, que vale señalar, sólo albergará a 1600 estudiantes, cuando la matrícula al inicio del ciclo escolar es de 8 mil. Al edificio también se le cuestiona la dificultad para circular en 10 pisos que lo conforman, sumado a ello las dimensiones de las aulas.

La alternativa propuestas desde el profesorado es destinar otra propiedad lindera al nuevo edificio ubicado en Ayacucho, casi avenida Córdoba frente ala Universidad Del Salvador.

La problemática con respecto al suministro de agua potable se genera al parecer por las pésimas condiciones de la caldera y los tanques, según informaron fuentes del Joaquín V González.

“Recién tuve que levantar la basura y limpiar los inodoros con materia fecal. Las manos no me las pude lavar”, un claro ejemplo que relató un empleado dedicado a la maestranza. Seguramente los miles que pasaron por los baños se llevaron el mismo chaco de no poder usar algo tan elemental como el agua.

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