Este sábado 9 de septiembre el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, cerró la Novena Jornada de Pastoral Social, que reunió a referentes políticos, sindicales, empresariales y eclesiásticos de la Ciudad. El encuentro, que llevó por lema "La Nación que nos debemos: un hogar para todos", se desarrolló de 10 a 18 en el colegio San Cayetano, lindante con el santuario del barrio porteño de Liniers.
Estuvieron los ministros Sergio Beros, Alberto De Micheli, Roy Cortina; el secretario General, Raúl Fernández; la defensora del Pueblo, Alicia Pierini; los legisladores del PRO Jorge Enríquez, Marcos Peña, Dora Mouzo, Soledad Acuña y Santiago de Estrada; el arista Enrique Olivera; la funcionaria porteña Sandra Castillo; y el presidente del Ente Regulador de los Servicios Públicos, Carlos Campolongo, entre otros.
Sin aviso pero con un arsenal de excusas personales, los representantes del kirchnerismo fueron los grandes ausentes a la Pastoral, pero siempre hay que alguien que debe ser la excepción (todavía no se sabe si por rebelde, despistada o porque nadie le quiso avisar -muchos apuestan a esta última opción) la, ahora funcionaria del INADI, María José Lubertino, quien sí se presentó al evento.
Altas fuentes del kirchnerismo porteño aseguran que no fueron porque ven en el Cardenal Bergoglio "al principal opositor de las políticas del Presidente Néstor Kirchner".
Durante la jornada participaron unas 700 personas y se presentaron comisiones de trabajo sobre temas como educación, desarrollo humano y sociedad; trabajo y economía; pobreza y desigualdad en la ciudad; las comunas: espacio de participación ciudadana; los jóvenes políticos; la salud en la ciudad; niños y jóvenes en situación de riesgo; ecología y medio ambiente; y discapacidad e inclusión social.
EL DISCURSO DE BERGOGLIO
En la clausura de Jornada Bergoglio sostuvo: "Cuando se inauguró la sede de la Pastoral Social, el Padre Carlos (por Acaputo) dijo que esa casa se iba a llamar "Casa del Encuentro". La casa del encuentro que es para fomentar lo que hicimos hoy y lo que queremos hacer: la cultura del encuentro. Frente a tantas disculturas del desencuentro. En la mesa de diálogo intrarreligioso nombraba la figura de José: Yo soy José tu hermano, y ahí se reencuentran después de tantas peleas, de haberlo vendido, unos atorrantes. Donde había primado la envidia y al lucha familiar, el engaño y a la larga se puso a llorar, Yo soy José, el hermano de ustedes".
"En el frontispicio de la Catedral está esa escena que se quiso en ese momento para pedir el reencuentro de los argentinos que veníamos peleados por todas las guerras entre unitarios, federales, etcétera. Y la Casa del Encuentro… es fundamental el encuentro que siempre supone proximidad, o sea acercarme al otro, no alejar. No tomarlo como una distancia que favorezca la opinión que le voy a dar en el momento oportuno, sino la cercanía que más bien favorezca el apoyo, el abrazo. Y esto en la convicción de que cada persona tiene algo positivo para darme y para dar… lo que tengo de positivo también es para compartirlo. Desde la cultura del encuentro se convoca a esto, desde aquí está la casa del encuentro, el gesto del encuentro. Esto no se negocia, queremos que sea así. Acá hay lugar para todos, acá no se excluye a nadie, necesitas a todos, todos necesitamos de todos. Mientras no nos convenzamos de esto, no habrá cultura del encuentro. Y esto es grandeza. La grandeza de ser uno más en la marcha del pueblo".