En la tarde de este martes, el gabinete de Ibarra discutía febrilmente los pormenores de las primeras modificaciones que se llevarán a cabo en su propio seno, en los comienzos de una campaña electoral que será larga, dura y posiblemente adversa. La primera jugada sería la unificación en una sola subsecretaría de la Subsecretaría de Turismo, la Dirección General de Deportes y la Dirección General de la Juventud.
El segundo término de la discusión se está dando en torno a quién será el titular del flamante organismo. El jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra jugó fuerte para colocar allí a su amigo Jorge Rapaport, pero su gabinete cerró filas en torno a la candidatura del diputado Carlos Campolongo y, por lo menos, demoró la elección final.
Quienes frecuentan las oficinas de los principales espadachines políticos del Gobierno porteño aseguran que el ganador de la puja será finalmente el ex vocero de Ítalo Argentino Luder en la campaña presidencial de 1983. El objetivo de quienes sostienen a Campolongo es el de ir diluyendo de a poco el perfil "progresista" de una gestión que lo fue más en el terreno de la retórica que en el de los hechos de gobierno. Además, esta designación tendría el efecto de los clarines llamando al combate contra el candidato peronista Daniel Scioli, que camina las calles porteñas con absoluta soltura, invadiéndole el territorio a su rival sin inconvenientes. Por eso es que ya han comenzado a hablar del "efecto espejo".