Federico Cuomo fundó su PyME hace más de treinta décadas atrás. Su labor empresarial le otorgó las herramientas para transformarse en el Presidente de la Unión Industrial de Avellaneda (UIA) más joven de la historia. Cuando su hija de tan solo diecisiete años le dijo que quería irse del país, sintió que era hora de ampliar sus horizontes. Fue así como se metió en la política y llegó a encabezar la lista de concejales del partido liderado por Florencio Randazzo. A pesar de no haber ganado en las elecciones del 2021, Cuomo sigue firme y busca ingresar al Estado para poder hacer las cosas diferentes.
¿Qué lo llevó a involucrarse en la política?
La gota que rebalsó el vaso fue cuando mi hija me dijo que quería irse a vivir afuera por la crisis de nuestro país. Soy una persona que ama a la Argentina y verlo cómo está me entristece muchísimo. Tenemos que darnos cuenta de que con estos dirigentes no vamos a llegar lejos. Si tenés dos dedos de frente, te das cuenta de que vamos de mal en peor. Me lo propuse justamente para brindar algo diferente.
¿Y cómo ha sido su camino desde entonces?
De muchísimo aprendizaje. Yo empecé en el 2021 cuando me presenté como candidato a concejal para Avellaneda en la lista de Florencio Randazzo, pero no gané. Es verdad que, al venir del privado, no estoy en la rosca política. Pero sigo con mi camino. Todas las semanas, intento reunirme con los vecinos para tomar contacto con la realidad que es algo que los políticos no suelen hacer.
¿Por qué cree que no pudo obtener los votos para ser concejal?
Básicamente, porque soy una persona poco conocida. Yo sentí que ese año fui como las PyMEs, pero en la política. Competimos con dos partidos que son dos tanques y eso hace que la pelea haya sido muy dispar. Pero el hecho de no ser conocido es el mayor impedimento para que la gente te vote. Y por eso, mi campaña se basa centralmente en caminar los barrios y conocer a los vecinos. Algo que hice durante el 2021, fue poner afiches con mi número de celular. Y era gracioso porque la gente me llamaba y nunca pensaban que se estaban comunicando directamente conmigo. Veo que la política es algo muy lejano para el ciudadano. Y es algo que me gustaría cambiar. Hoy, la clase política cree que el vecino está al servicio de ellos. Es de no creer. Nosotros tenemos que estar al servicio de la gente. No al revés. Otra de las cosas que dije es que si llego a ser concejal, voy a sacar la puerta de mi despacho para que pueda entrar cualquiera. Insisto con que si entro a la política para hacer algo distinto. Si me quedo con las ineptitudes que los políticos realizan y que llevan a que mi hija se quiera ir del país, mejor me quedo en la fábrica.
¿Este año se presentaría nuevamente con Randazzo?
La verdad es que no lo sé. Yo estoy muy agradecido con Florencio. Sin conocerme, me dio un espacio y libertad para trabajar. Estuve con él hace un mes y medio y obviamente hablamos del tema. Hoy, está muy dinámica la política. Hay que ver cómo se cierran las alianzas. Yo encantado.
Usted fue Presidente de la Unión Industrial de Avellaneda (UIA). ¿Cuáles fueron sus mayores logros?
Con la misma lógica de la política, nosotros implementamos un proceso de modernización. Creo que también tuvo que ver con la edad en la que asumí. Tenía 34 años. Fui el Presidente más joven de la historia. Nosotros certificamos ISO 2001 que es algo que se suele hacer en las empresas. Eso nos permitió conocer cuáles eran las problemáticas que teníamos que atender y cuántas resolvíamos por mes. Además, visitamos todos los días a por lo menos una industria de Avellaneda. Eso hizo que se duplicaran los socios. También, creamos la carrera universitaria Licenciatura en Gerencia de Administración de Empresas en la Universidad Nacional de Avellaneda, carrera que hoy sigue funcionando y que tiene alrededor de 200 egresados por año. Esto surgió porque nos dimos cuenta de que las personas en el mando medio de las PyMEs no tienen una capacitación técnica. En resumen, el gran logro fue abrir la entidad que es algo que creo que falta también en la política.
¿Y cómo ve la situación de las PyMEs en nuestro país?
Estamos trabajando, pero en la medida que persista la inflación se van a seguir cerrando muchas PyMEs. Esta semana, uno de dos de nuestros dos distribuidores me dijo que lo más probable es que cerrara porque ya no le sirve seguir abierto. Y otro tema es que no se puede hacer una planificación. Cada vez que uno llama para hacer un pedido, te dicen que los insumos aumentaron. Todo esto va erosionando la utilidad. Hay que sumarle un Estado que es muy malo gestionando. Eso se traslada en una burocracia lenta e ineficiente y en impuestos innecesarios. Y nosotros seguimos surfeando las olas. Pero no podemos hacer todo. Yo puse mi fábrica hace 30 años. Pero si la hubiera puesto hace 10, ya estaría fundido. Ni hablar con la cantidad de feriados que hay o los que te ponen de un día para el otro. Nos mata. Lo único que me incentiva a seguir es saber que estamos colaborando en aunque sea poner un granito de arena a la economía de nuestro país.
¿Cómo ve la actual gestión del Intendente de Avellaneda?
Dista mucho de lo que yo creo que un municipio debería ser. Se debería involucrar en temas de educación, trabajo y salud. Una de las propuestas que habíamos anunciado era la posibilidad de que los avellanedenses trabajen en Avellaneda. Y es una situación donde ganan todos. Te da trabajo y también recaudación en la Ciudad. Y a la vez, tenemos menos huella de carbono. Hay que empezar a priorizar el cuidado del medioambiente. Y eso es también pensar en los jóvenes. No pueden planificar un futuro. Necesitamos intendentes que puedan pensar fuera del caja.
¿Y la de la provincia de Buenos Aires?
Yo que conozco bien lo que son las PyMEs te diría que estamos de mal en peor. Mucho maquillaje, pero poca solución. Seguimos teniendo los mismos problemas de siempre. Impuestos extorsivos, miles de organismos e incluso algunos repetidos. Y toda esta burocracia vuelve loca a los que trabajan en PyMEs. Yo creo que hay una idea errada de lo que muchas veces son los dueños de las pequeñas empresas. Yo tiro el córner, corro, cabeceo, metió el gol y después, pinto las líneas y arreglo la cancha. Yo soy un trabajador más en mi fábrica. Hasta que la política no entienda eso, vamos a seguir muy complicados.
En sus redes, se muestra muy cercano a la Iglesia. ¿Qué simboliza para usted?
Yo soy muy apegado a la fe. Porque yo soy cristiano, pero tomo en cuenta las diferentes religiones. La fe es vital. Yo trabajo y hago política con valores cristianos. Yo creo que venimos a servir. Creo que tenemos que ganarnos el pan con el sudor en la frente. Yo estoy muy referenciado con Francisco. El programa “La casa a la calle” que hicimos cuando presidí la UIA, surgió de una frase de él en donde decía que él prefería una Iglesia que esté accidentada por estar en la calle y no una Iglesia mohecida por estar encerrada en cuatro muros. Yo lo conocí a Francisco antes de que sea Papa. Y creo que es un faro para los valores espirituales y dirigenciales.
