El presidente Alberto Fernández sostuvo este lunes que evaluó mal la reacción social que generaría la intervención de la cerealera Vicentin y aseguró que no es “un loco suelto” que anda “con una chequera de expropiaciones”.
“Cuando miro para atrás y me pregunto qué hice mal en Vicentin, veo que me equivoqué porque pensé que estaba más asumida la situación de crisis. Pensé que iban a salir a festejar. No pasó, empezaron a acusarme de cosas horribles”, explicó el Presidente en una entrevista con el programa Factor UV, por FM La Patriada.
En esa línea, señaló que ante la reacción negativa se quedó “esperando que alguien traiga una mejor solución”. “Pero nadie me la ha traído”, lamentó. Además, sostuvo que no quiere vivir en un país en que “cada decisión se convierte en un Boca-River” y afirmó que se mantiene “muy respetuoso de la propiedad privada”.
“Yo no soy un loco suelto, no ando con una chequera de expropiaciones”, aseguró el mandatario durante la entrevista radial. En ese sentido, agregó: “Salgo y digo que me preocupa lo que está pasando con la principal exportadora oleaginosa del país y me dicen que soy un chavista que quiere expropiar. Si quisiera expropiar, no expropiaría una empresa en quiebra sino una cerealera floreciente”.
Fernández se mostró molesto con la situación que tuvo que atravesar con el tema de Vicentin. “Soy muy respetuoso de la propiedad privada. Pero el Banco Nación también es propiedad privada”, aseguró, defendiendo así el camino que siguió el gobierno nacional para intervenir la empresa y proponer un plan de expropiación. Iniciativa que parece haber quedado en el olvido por no tener el consenso suficiente en el arco político y la sociedad.
Por otra parte, apuntó contra la oposición. Especialmente a Juntos por el Cambio. “Siento que la oposición encontró en el 2015 un método, el de la demonización absoluta, diciendo que iba a ser un país como Venezuela (si gobernaba el peronismo), pero los que hicieron un país como Venezuela, con una inflación galopante, fueron ellos. Ahora es como que quieren volver con esa retórica”, destacó.
En otro tramo volvió a hacer hincapié en el discurso que brindó el 9 de julio en el que advirtió que había llegado a la Casa Rosada para terminar con los “odiadores seriales”. “Lo que yo quiero es que tomemos las cosas con otra seriedad. El camino del odio no conduce a ningún lado. Esto no quiere decir impunidad ni olvidarse de lo que cada uno hizo”, señaló, al tiempo que remarcó: “Cuando odiás solo estás mirando para atrás, lo que hay que hacer es mirar el futuro”.
Por otra parte, se refirió a la pandemia de coronavirus que está atravesando el mundo y, en lo que respecta a la Argentina, al pico de contagios que hay en el país. “La pandemia está muy lejos de ser superada. Hay que moverse con mucho cuidado”. “Miren lo que pasó en Israel o lo que está pasando en Jujuy, que hay un rebrote por dos policías que se cruzaron a Bolivia a comprar hojas de coca y a la vuelta contagiaron a 35 personas, afirmó.
También se refirió a la prueba de vacunas en Argentina que harán los laboratorios Pfizer y BioNtech. “Es una gran noticia para el mundo, que tiene que encontrar una solución a este problema que excede a la Argentina”, sostuvo. Luego brindó más detalles al contar que “en el país se harán las pruebas finales de la vacuna”. “Hay cuatro fases para que una vacuna se complete. Acá estamos en la tercera. La vacuna se experimentaría con ciudadanos norteamericanos y argentinos en simultáneo”, indicó.