Hoy un juramento, mañana una traición

Hoy un juramento, mañana una traición

La irrupción de Gustavo Béliz en el entorno de Néstor Kirchner, alteró la construcción que venían tejiendo distintos operadores del Frente Grande con el santacruceño. El sábado a la mañana se dio la paradoja que el senador bonaerense Eduardo Sigal (FG), terminó aplaudiendo a Béliz que, a su vez esa mañana, había calificado la gestión de Ibarra como "lamentablemente deficitaria". Los codazos de los que también participa Rafael Bielsa, serán una constante producto de un cierre que por ahora sólo le sirve a Kirchner


El precandidato a jefe de Gobierno, Gustavo Béliz sostuvo que "el análisis que yo hago de la gestión de Ibarra no es positivo, lamentablemente. La ciudad de Buenos Aires tiene el tercer presupuesto del país y tiene en general niveles importantes de falta de eficacia, particularmente en áreas como la social, en temas que tienen que ver con la infraestructura o las obras públicas. La existencia de situaciones muy fuertes de deterioro por ejemplo en el pavimento, en los baches. Es una gestión que yo la juzgo de deficitaria lamentablemente. Porque se habían generado muchas expectativas".

Estas palabras fueron dichas por Béliz a una radio la misma mañana que Néstor Kirchner, su referente nacional, presentaba los equipos técnicos de los cuales es el coordinador. Luego, en el discurso ante el auditorio y dado el caracter nacional de la convocatoria, el ex ministro de Menem desafió al ex presidente a "que devuelva los millones que se llevó", algo que le cayó mucho mejor al senador bonaerense Eduardo Sigal, estrecho aliado tanto de Kirchner como del jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra.

La difícil situació en la que quedó el Frente Grande, tras los acuerdos del santacruceño con Béliz y con Rafael Bielsa, producirán de ahora en más este tipo de cortocircuitos. El titular de Nueva Dirigencia, de cualquier manera estuvo bastante menos virulento que en otras ocasiones en las que calificó lapidariamente -incluso prometiendo acciones legales- al gobierno de Ibarra, sabedor que en muchas ocasiones el que pierde es el mensajero y no desea asumir ese rol.

El senador Sigal mientras tanto, a pesar de pertenecer a un distrito vecino, intentará que su amigo Ibarra recupere la pole position en las preferencias de Kirchner para cuando le toque el turno a la ciudad de Buenos Aires. El legislador porteño Alberto Fernández, jura ante quien lo quiera escuchar, que Ibarra tuvo demasiadas oportunidades perdidas para cerrar con el gobernador santacruceño, y que la situación actual no responde a otra razón que a las dudas del jefe de Gobierno.

Ibarrra, quien se encuentra algo mas cerca de Macri en las últimas encuestas, sabe que todavía falta mucho, y se siente mejor candidato que el "errático Béliz y el desconocido Bielsa" al decir de sus principales operadores, para cuando haya que lanzar de nuevo la campaña, esta vez con una fecha cierta que será alrededor de setiembre dle 2003. El tiempo lo dirá.

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