Forcejeos, gritos e insultos: ese era el panorama en El Palomar en la madrugada del miércoles. En una época de alta demanda por las vacaciones de invierno, la aerolínea low cost Flybondi canceló tres vuelos por baja visibilidad y dejó varadas a unas 400 personas.
El aeropuerto reanudó sus operaciones en la mañana. Tras el escándalo de la madrugada, hubo explicaciones por parte de la aerolínea, la concesionaria del aeropuerto y el Estado, y hasta el pedido de una fiscalía de suspender preventivamente los vuelos de Flybondi.
El fiscal Jorge Di Lello, por medio de su subrogante, Franco Picardi, le pidió al juez Sergio Torres que suspenda “cautelarmente” los vuelos de Flybondi hasta que los organismos técnicos correspondientes se expidan sobre las condiciones de los aviones de la aerolínea.
Mientras se espera la decisión del juez, desde la compañía aclararon que aún no fueron notificados y que los vuelos siguen operando normalmente.
Sobre el episodio de la madrugada de miércoles, una pasajera afectada explicó que su viaje hacia Córdoba, que debía partir a las 21, se pospuso para la 1:40 de la madrugada sin previo aviso. Cuando llegó a El Palomar , se encontró con cientos de personas en la misma situación que ella.
Narró que, si bien el aeropuerto está preparado en cuanto a la infraestructura, no había suficientes asientos para que todos los pasajeros que esperaban -entre ellos niños y bebés- pudieran ubicarse.
Cerca de las 2:30 de la madrugada llegó el anuncio por altoparlante: los tres vuelos, que debían despegar hacia Córdoba y Mendoza, serían cancelados por baja visibilidad. Los ánimos ya estaban caldeados y estalló la furia.
Los pasajeros varados se quejaban porque perdían reservas de hoteles y por los gastos en transporte para moverse hacia y desde el aeropuerto. Los tres empleados de Flybondi que había en el lugar se enfrentaron a decenas de clientes enojados que les gritaron y, en algunos casos, llegaron a empujarlos.
Como la compañía solo tiene canales digitales de atención al cliente, las personas varadas no pudieron resolver todas sus dudas en el momento. La pasajera que viajaba a Córdoba narró que intentó comunicarse por esa vía, pero que no obtuvo respuesta, por lo que toda la información que consiguió sobre su vuelo fue en el aeropuerto: le reembolsarían el dinero que gastó en los pasajes en su tarjeta de crédito.