Edgardo Form, uno de los tres legisladores que tiene Martín Sabbatella en la Legislatura porteña, aclara de entrada que su apellido termina con “eme”, y no con “ene”. Eso es para evitar confusiones con el escritor Juan Forn, con quien suelen confundirlo a menudo. “Lo admiro y me encanta, pero somos personas diferentes”, bromea.
A los 64 años, casado desde hace 40 con la misma mujer y con varias décadas en el movimiento cooperativo, a Form (con eme) se le podrán criticar muchas cosas –por ejemplo, en este país fracturado los antikirchneristas podrían cuestionarle que se atenga a rajatabla al libreto K–, pero de lo que nadie podría acusarlo es de ser un saltimbanqui ideológico. A juzgar por la cantidad de años que permaneció comprometido con los mismos amores, Form perfila como un hombre coherente con sus ideas, que evidentemente puede y sabe sostener en el tiempo.
En la charla con NU, defendió a capa y espada el guión kirchnerista (podríamos decir que ultrakirchnerista) para explicar la realidad. Acusó por la inflación a los oligopolios formadores de precios y a los medios “hegemónicos” por “inocular” negativamente a la sociedad en contra de la presidenta Cristina Fernández y su proyecto político. En ningún momento identificó responsabilidades propias –correspondientes a su fuerza política– en la generación de la actual crisis. Y si las identifica, no las hizo públicas en esta entrevista.
Miembro de la Coalición por una Comunicación Democrática, un conglomerado que impulsó la Ley de Medios, minimizó la falta de pluralismo en los medios del oficialismo argumentando que el contexto de hostilidad “endurece las posiciones”, y admitió que el oficialismo debe aprender cómo hacer atractivos los medios que le son afines y que, al ser comprados por empresarios K, dejan de tener una posición de liderazgo ante la audiencia. Es, por ejemplo, el caso de Radio 10, que fue perdiendo progresivamente su rating desde que la adquirió Cristóbal López.
–Como usted sabe, la inflación es el impuesto a los pobres y este año se está notando particularmente. ¿Cómo evalúa su efecto, desde un espacio progresista como el suyo, teniendo en cuenta el ajuste?
–Bueno, la inflación no es culpa del Gobierno sino de los oligopolios formadores de precios, con larga tradición de remarcar los precios anticipándose a los aumentos salariales para poder absorber esos incrementos antes de que lleguen a los bolsillos de los trabajadores. Por eso me parece muy bien la política que cuidar los precios para garantizar que el margen de rentabilidad empresario sea razonable.
–Tal vez el problema principal del Gobierno, a esta altura, es su falta de credibilidad.
–El indice de inflación ahora está avalado por organismos internacionales, así que si aún hay desconfianza es el producto de tantos años de inoculación con mensajes negativos en contra del Gobierno. La gente ha sido inoculada en contra de la Presidenta.
–¿Es decir que la gente es influenciable y se deja manipular?
–Así es. Y esto sucede en todos los países del mundo.
–Pero, siguiendo su línea de razonamiento, la Presidenta también está muchas horas ante el micrófono y ahora el kirchnersimo tiene muchos medios a favor. ¿No sería eso suficiente para neutralizar esa inoculación, como usted la llama?
–Son muchos años de hegemonía y es un proceso lento. Antes la Presidenta usaba la cadena nacional, ahora no. Y realmente hay muchísimas cosas: inauguraciones, obras, avances en el plano de la producción o de la ciencia que, si no son comunicados por ella, no aparecen ni en Clarín ni en La Nación. La idea es que haya muchos medios de gran envergadura y potencia y no unos pocos.
–Eso sería lo ideal en una democracia. Ahora, ¿por qué cree que los medios que eran líderes dejan de serlo cuando los compra el kirchnerismo? Estoy pensando en Radio 10, que perdió gran parte de su audiencia desde que la compró Cristóbal López.
–Bueno, tendremos que estudiar cómo funcionan. Hoy los medios se rigen en gran medida por lo emotivo, habrá que apelar a la psicología de masas, aprender un poco más. Son tantos años de autoritarismo… Yo siempre digo que la democracia es el único sistema para que podamos vivir juntos los diferentes.
–Hablando de eso, ¿no sería bueno, ya que el kirchnerismo predica sobre la democratización de la palabra, empezar por casa; es decir, por los medios estatales?
–No me consta que no haya pluralismo en los medios estatales. Yo escucho Radio Nacional y Cynthia García hace entrevistas a políticos opositores con mucho respeto.
–Es muy fácil saberlo: basta ver el servicio de Télam durante un día y ahí se va a dar cuenta. O bien mirar Canal 7. Otra forma es hablar con los periodistas que trabajan adentro de esos medios.
–Insisto: son tantos años de autoritarismo y de hostilidad hacia el kirchnerismo que las posiciones se endurecen. Debemos, sin duda, ir hacia un mayor pluralismo en todos los sentidos.
–¿Cómo imagina esta transición hacia 2015? ¿Scioli los representa?
–Nosotros no nos sentimos representados por Scioli, pero aún nos tenemos que reunir a debatir. No hay ninguna postura oficial. No sabemos si vamos a presentar una fórmula propia en la Ciudad o a nivel nacional (NdR: se refiere a Nuevo Encuentro), es muy apresurado. Uno ve a (Sergio) Massa que de una manera demagógica obstaculiza el tratamiento de la actualización del nuevo Código Penal diciendo una serie de disparates, que realmente, hace pensar que los próximos dos años van a ser muy tensos.
–Lo saco un poco de la interna peronista. Gustavo Vera, de UNEN, está proponiendo acortar las distancias entre representantes y representados y para ello impulsa una rebaja en el salario de los legisladores. ¿Qué piensa de esta iniciativa?
–Es una iniciativa demagógica que encaja con una postura antipolítica que supone que los políticos somos todos corruptos…
–Pero Vera no está diciendo eso. En todo caso, podría tomarse como un debate.
–¡Ya sé que no dice eso! Pero es lo que hay detrás de su propuesta. Acá somos 60 personas y no es una solución bajarnos los sueldos sino ver cómo les aumentamos el salario a las personas. Si es un debate, yo estoy en completo desacuerdo.
Punto por punto
. Edad: 64.
. Ocupación: gerente general del instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y legislador porteño por Nuevo Encuentro.
. Estado civil: casado, desde hace 40 años con la misma mujer.
. Barrio porteño: Villa Santa Rita.
. Esquina porteña: Corrientes y Paraná.
. Un restorán: Lalo de Buenos Aires.
. Una figura histórica: Mariano Moreno.
. Un perfume: Bleu, de Chanel.
. Una película: Nos habíamos amado tanto.
. Una frase: “No hay caminos para la paz. La paz es el camino” (Mahatma Ghandi).