El papa Francisco, en el marco de su visita a la ciudad de Asís, decidió leer una carta que definió como “una de las más bellas que ha recibido”.
La misiva pertenecía a un joven con discapacidades que vive en el barrio de Floresta. “Querido Francisco: soy Nicolás y tengo 16 años. Como no puedo escribirte yo (porque todavía no hablo ni camino), pedí a mis padres que lo hagan en mi lugar, porque ellos son las personas que más me conocen”, comienza la carta.
La madre del adolescente, Marisa Marasco, explicó, en diálogo con la prensa, que la carta la escribió ella porque el joven -que sufrió de hidrocefalia al nacer y parálisis cerebral- no puede expresarse pero “tiene la capacidad de hacerse entender”.
“Todas las noches, desde que me lo pediste, le pido a mi ángel de la guardia -que se llama Eusebio y tiene mucha paciencia- que te cuide y te ayude. Me gustaría mucho ir a verte y recibir tu bendición y un beso: sólo eso. Te mando muchos saludos y sigo pidiendo a Eusebio que te cuide y te dé fuerza. Besos. Nico”, finaliza la carta.
Luego de leerla, el papa dijo en Asís que “en esta carta, en el corazón de este muchacho, están la belleza, el amor, la poesía de Dios” y añadió: “ese Dios que se revela a quien tiene el corazón sencillo, a los pequeños, a los humildes, a quienes a menudo nosotros consideramos los últimos”.
