La vicepresidente de la Nación y presidente del Senado, Gabriela Michetti, mantuvo durante la mañana de este jueves, un encuentro con el Papa Francisco en la residencia de Santa Marta.
A principios de año, la presidente del Senado había tenido un encuentro informal con el Papa en el que acordaron verse en el marco de una visita oficial.
En esta oportunidad hablaron sobre varias cuestiones del mundo y en especial del Plan Nacional de Hábitat, a través del cual se urbanizan las localidades más vulnerables del país, al igual que como se viene haciendo en la Ciudad a partir del Gobierno de Mauricio Macri.
“Me dijo que le gustó mucho saber que los funcionarios trabajan desde los barrios y no desde sus oficinas lejanas y sin contacto”, precisó Michetti sobre la opinión del Sumo Pontífice.
“También le gustó conocer sobre el trabajo en transparencia, el ahorro eficiente del presupuesto y recuperación del patrimonio histórico en el Senado. Me dijo que era muy importante que todos los funcionarios lucháramos contra la corrupción que esta enquistada en nuestra clase dirigente”, añadió la presidente del Senado.
Michetti le contó además, sobre su proyecto de recuperación de las artesanías textiles, “capacitando a mujeres en todo el país en calidad y diseño para vender sus productos al mundo”.
Esto va a involucrar a 50 mujeres líderes del sector privado y público para que ayuden a sacar adelante el proyecto.
El Sumo Pontífice se mostró interesado y le aconsejó que mantuviera su foco en ese proyecto. También le pidió que pusiera el ojo en la desforestación ilegal y en la venta ilimitada de tierras a extranjeros.
“Francisco está muy contento con los proyectos de construcción de vías férreas y de dragado de la hidrovía que le mostró Mauricio en su última visita. Me dijo que ve un gran futuro para nuestro país”, añadió la vicepresidente.
“Fue un encuentro muy cálido, tuvimos una charla muy parecida a la que manteníamos de forma más regular en Buenos Aires, fue súper lindo, reímos mucho con sus anécdotas como Papa”, contó Michetti.
La vicepresidente le regaló una Virgen del Panecillo que está hecha por un artesano. “Se la compre porque es una de las advocaciones de la Virgen María que más me gusta”.
Por su lado el Papa le regaló un rosario de perlas, una medalla de la Virgen, junto con las dos exportaciones apostólicas y la Carta Encíclica que él mismo escribió.