Fuerte crítica de Kienast a la gestión del FdT en Educación: “El nivel de cinismo no tiene límites”. La legisladora porteña por Republicanos Unidos aseguró que “los días se pueden contar, a diferencia de la cantidad de fracasos de este gobierno” en su política educativa
“El nivel de cinismo de esta gente no tiene límites, la próxima mejor llamate al silencio Jaime ( Perczyk)”, fue la dura frase que la diputada de la Ciudad de Buenos Aires, Marina Kienast (Republicanos Unidos), extrajo como respuesta a un mensaje que el Ministro de Educación publicó en sus redes por los 1000 días de Gobierno del Frente de Todos .
En esa línea, Kienast replicó que “los días se pueden contar, a diferencia de la cantidad de fracasos de este gobierno” en materia educativa, e hizo hincapié en la necesidad de impulsar una reforma educativa y de terminar “con el adoctrinamiento a los alumnos ”.
Para la legisladora, “los chicos tienen que aprender a pensar, a decidir y justificar sus opiniones teniendo muy claro por qué piensan de una manera y qué es lo que defienden. Eso, hoy, no ocurre en la mayoría de las escuelas y universidades”.
En cuanto al proyecto que presentó para denunciar, en forma anónima, adoctrinamiento y abuso de poder por parte de docentes y directivos militantes o presiones sindicales, sostuvo que “solo con presentarlo, tuvo reacción de algunos legisladores de otros partidos que tienen más contacto con sindicatos , y no fue bien recibido. Es necesario el diálogo para llegar a un acuerdo, porque si quieren modificarlo en comisión, se puede hacer. Pero tenemos que llegar a un punto en común en el que nos aseguremos que a los chicos se les va a enseñar a pensar por sí mismos, que es lo que a mí más me preocupa”.
“El adoctrinamiento en los más chicos se identifica cuando llegan a la casa y cuentan, cuando les miran los cuadernos. Con los más grandes pasa otra cosa: algunos se han animado a reclamarle al mismo docente en el momento. Ante esto, el proyecto es una herramienta que encontré para alertarnos y saber que esto está sucediendo y discutirlo”, explicó.
“En general”, prosiguió, “las reformas educativas tardaron muchísimos años en verso. Pero estudiamos en otros países las transformaciones que se llevan a cabo con la comunidad como protagonista, incorporando a los alumnos, docentes y padres, y observamos que en cuatro o cinco años ya hay resultados”.
Y añadió: “Esto puede ser factible siempre que las reformas se trabajen localmente, que se descentralice un poco su proceso, porque es muy difícil desde la centralidad de los Ministerios. Y debemos incorporar a la ciudadanía”.