El avance de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires es un tema de debate habitual que recrudece al compás de los episodios delictivos que diariamente sacuden al distrito que gobierna Daniel Scioli. Y para ponerle un freno a la problemática, el funcionario encargado de liderar la lucha contra el delito cree que es mejor reconocer las dificultades.
“El que hace política con la seguridad está al horno, porque la gente quiere vivir en paz. Para eso estamos dejando el pellejo. El tema es difícil, complejo. Todo el mundo está preocupado”, admitió Granados, quien no dudó en señalar que “los medios no magnifican” lo que sucede.
“Yo no tuve sensación de inseguridad, todavía tengo las esquirlas en la mano”, recordó el dirigente, en alusión al duro momento que vivió en noviembre de 1999, cuando se enfrentó a balazos con tres delincuentes que intentaron asaltarlo en su estancia.
“Fui víctima de la inseguridad. Y cuando te pasa eso, no te interesan las cifras comparativas con otros países. A mí solucioname el problema, porque no quiero que se metan en mi casa. Lo que pasa en otros países, a la gente no le importa”, indicó.
Al analizar sus siete meses de gestión, Granados consideró que “el balance es altamente positivo”, aunque admitió aún le queda un trecho largo para cumplir el objetivo de “ordenar a la fuerza (policial), ponerla en valor, equiparla y aumentar los salarios” para tener elementos que estén en condiciones de pelear contra la delincuencia.
El ministro de Seguridad entiende que se está “haciendo mucho” para darles seguridad a los vecinos. Y es optimista con los resultados inmediatos, sobre todo a partir de que Scioli decretara la Emergencia en Seguridad: ” Eso me permitió comprar 1000 camionetas y tenerlas listas en 100 días. Además nos posibilitó convocar a los policías retirados. No es fácil, pero a partir del 30 de mayo se va a notar un aroma diferente en la calle”.
En declaraciones al diario Tiempo Argentino, Granados destacó que en poco tiempo habrá mas efectivos de seguridad en las calles porque consideró que “cuanta más presencia policial, sin ninguna duda, (hay) menos delito”.
Finalmente expresó su confianza en que “los buenos efectivos” de la fuerza lo van a acompañar y aseguró que “los malos ya están quedando en el camino”. “Ahora tienen buen sueldo y van a tener los medios, entonces deben trabajar y cuidar a los vecinos. Se les terminaron las excusas”, completó.
