Los parlamentarios del Mercosur por Unión por la Patria (UP), Gabriel Fuks y Franco Metaza, criticaron el decreto 43/2025 del Gobierno nacional que crea la figura de “embajadores comerciales para inversión y desarrollo estratégico”.
Ambos sostuvieron que es un hito más de la cara menos republicana del gobierno de Javier Milei, y una desviación de la política exterior profesionalizada. “Parece otorgar un permiso amplio a empresarios, directores ejecutivos o allegados a los grupos económicos consolidados para establecer negocios que aprovechen las potencialidades argentinas en su propio beneficio o el de sus corporaciones, sin garantía alguna de que estas acciones con respaldo oficial resulten en un aumento de la riqueza de la Nación Argentina”, indicaron.
“Este decreto actúa como una exención a lo establecido en la ley 20.957 del Servicio Exterior de la Nación, permitiendo al Poder Ejecutivo designar embajadores extraordinarios y plenipotenciarios a individuos ajenos al Servicio Exterior, eludiendo así los mecanismos de supervisión, como el consentimiento que debe otorgar el Senado para dichos nombramientos. Se trata de un recurso diseñado técnica y legalmente a la medida de un presidente que, cada día, evidencia un creciente desinterés por las instituciones de la república”, agregaron.
Además explicaron: “El artículo cuarto del decreto es, sin duda, el que despierta más inquietud en la Cancillería en este momento, ya que estipula que las embajadas y consulados argentinos en el extranjero tendrán que ofrecer su apoyo cuando estos representantes comerciales nombrados a dedo por el presidente lo soliciten. En otras palabras, el Servicio Exterior de la Nación estará a la disposición de estos representantes. En este escenario, es claro que el decreto en cuestión será objeto de litigio debido a las múltiples inconsistencias e irregularidades en su redacción”.
“Por otro lado, ¿qué ocurre cuando los intereses de estos empresarios y directores ejecutivos chocan con los de la nación? En la era de los tecnofeudalismos, la respuesta parece predecible al observar la primera fila en la investidura de Donald Trump y el papel prominente que juega el magnate tecnológico Elon Musk en el nuevo gobierno de Estados Unidos. Esta situación se repite aquí y allá con los propietarios de las fintech, las nuevas élites que utilizan el Estado que desprecian para impulsar sus propios negocios”, señalaron.
Finalmente, Fuks y Metaza precisaron: “Resulta sospechosa la fachada de austeridad que estos nuevos embajadores pretenden mostrar al realizar su labor de manera ad honorem. El dicho popular lo resume: cuando la propina es generosa, hasta el santo desconfía”.