El objetivo de esta ley es facilitar el acceso a oportunidades laborales, eliminando limitaciones basadas en prejuicios y conceptos discriminatorios tales como la edad, aspecto físico, género, domicilio de residencia o hijos a cargo.
De esta manera, se busca la mayor inclusión y apertura de la oferta a personas capaces e idóneas, a la vez que se posibilita a los empleadores a entrevistar a un abanico más amplio de talentos que permitan el crecimiento de sus proyectos.
Esta metodología ya fue implementada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y en varias empresas radicadas en territorio porteño. Ahora, con la sanción de esta norma, se establece como criterio general.
Cabe destacar que la regulación aplica a los requerimientos que piden empleadores y empresas reclutadoras, sin afectar a la libertad de las personas incluir la información que crean conveniente en sus currículums.
“Esto no es la solución definitiva, pero es un primer paso. Estamos regulando cómo deben ser en la Ciudad de Buenos Aires las búsquedas de empleo”, dijo García Vilas.
“Hay que ponerse en la piel de aquella persona que está buscando trabajo, que coincide con el perfil técnico del aviso, pero ni siquiera es citado para una entrevista”, agregó.
“Son cuestiones que tenemos que trabajar y generar las herramientas necesarias para impulsar una mayor posibilidad de acceso”, finalizó el legislador.