Una encuesta realizada por Giacobbe y Asociados – Opinión Pública sobre Corrupción, arrojó curiosos resultados.
En realidad, las preguntas para los consultados fueron sólo dos. La primera estuvo referida a la conformidad o disconformidad de los encuestados sobre la pertinencia de que Elisa Carrió “denuncie públicamente casos de corrupción dentro de Cambiemos”.
Las respuestas fluctuaron entre el “sí, estoy de acuerdo” -que obtuvo el 77.6 por ciento de las respuestas y el “no estoy de acuerdo“, que obtuvo apenas un 4,7 por ciento. Llamativamente, la opción “me resulta indiferente” consiguió el 13,8 por ciento, contra un 3,9 por ciento de los eternos “no sabe, no contesta”, que los vomita Dios, según el saber popular.
Agrupados por “pertenencias ideológicas“, el 94,1 por ciento de los interrogados del rubro Pro/UCR contestaron afirmativamente, en tanto que los “independientes y apolíticos” estuvieron de acuerdo en un 83,2 por ciento. Curiosamente divididos respondieron los “peronistas” y los “kirchneristas”, que acordaron en que la blonda chaqueña denuncie a sus adversarios en un 64,9 y en un 50 por ciento, respectivamente. En el rubro “otros”, entre los que seguramente hay simpatizantes de todos los colores, el 54,9 por ciento estuvo de acuerdo con que la voz estentórea de Carrió siga enviando a la galera a sus propios aliados.
Los indiferentes sobre el tema fueron menos en el rubro político más cercano al Gobierno y más entre sus adversarios. El 11,9 por ciento de los “independientes y apolíticos” y el tres por ciento de los simpatizantes de “Pro-UCR” se mostraron desinteresados sobre el tema, mientras que ese porcentaje creció hasta el 27,9 por ciento entre los “peronistas” y hasta el 38,2 por ciento entre los “kirchneristas”. Los “otros” -ese gentilicio amorfo- fueron los que más se acercaron al resultado final: el 15,1 por ciento de ellos se mostró amorfamente (¿se dirá así?) indiferente a las denuncias de la exdiputada nacional por Chaco.
La segunda -y última y arbitraria- pregunta tuvo que ver con la actitud del Gobierno frente a las denuncias contra el exministro de Planificación Federal, Julio de Vido. ¿El Gobierno nacional está protegiendo a Julio de Vido? fue la sutileza elaborada por Jorge Giacobbe.
El resultado fue no menos inesperado (al menos, para este cronista) que en el caso anterior. “Sí”, contestó el 17,8 por ciento; en tanto que “no” fue la respuesta del 33,3 por ciento y “no lo sé” respondió un extenso 45,3 por ciento. Los “no sabe/no contesta”se limitaron al 3,6 por ciento.
Las respuestas por pertenencia ideológica también arrojaron curiosos resultados. El 18 por ciento de los “independientes-apolíticos” cree que el Gobierno protege al ex ministro kirchnerista, no lejos de lo que suponen los que se identifican con “Pro-UCR”, de los que el 14,9 por ciento piensa lo mismo. Existe una dicotomía curiosa entre los “peronistas, de los que el 23 por ciento acusa al Gobierno de protegerlo, en tanto que sólo un 4,4 por ciento de “kirchneristas” contestó afirmativamente. Entre los “otros”, el 22,7 por ciento acusó al Gobierno de proteger a De Vido.
Entre los que “no” piensan que exista protección para el exfuncionario, el 29,1 por ciento son “independientes y apolíticos”; el 44,4 por ciento son “Pro-UCR”; el 34,5 por ciento son “peronistas”; el 73,4 por ciento son “kirchneristas” y el 15,8 por ciento se agrupan en el rubro “otros”.
En cambio, responden al rubro “no lo sé”, la curiosa suma del 52,9 por ciento de los “independientes-apolíticos”; el 40,5 por ciento de los que se identifican como “Pro-UCR”; el 42,2 por ciento de los “peronistas”; el 22,3 por ciento de los “kirchneristas” y el 40,5 por ciento de los “otros”.
El sondeo fue realizado entre el 26 y el 31 de mayo últimos, sobre 2.500 casos distribuidos en todo el país. Los seleccionados fueron ajustados por sexo, edad, nivel educativo, por región y por secciones electorales. El margen de error se ajusta al dos por ciento en más o en menos. El sistema de consultas fue sobre dispositivos móviles, sobre la modalidad de un cuestionario estructurado con preguntas cerradas.