El jueves, rodeado de más de seiscientos abogados y abogadas, el presidente del Colegio Público de la Abogacía de la Capital Federal, Ricardo Gil Lavedra, pronunció un discurso crítico con la marcha del gobierno nacional. Lo hizo en el marco de la celebración del Día de la Abogacía, en el tradicional brindis que ofrece la institución en la sede central de Av. Corrientes 1441.
El presidente recientemente reelecto volvió a cargar contra “la intención del gobierno de insistir con el proyecto de sucesiones notariales, que no disminuye los costos ni mejora el trámite de los procesos, sino que responden a los intereses de un sector”.
En otro de los temas que preocupan a los profesionales del Derecho, el excamarista que juzgó a los comandantes de la última dictadura ratificó que va a defender “con todas las energías” las incumbencias profesionales. “Vamos a unificar la voz de toda la abogacía contra esta iniciativa del Ejecutivo, y vamos a hacer un encuentro nacional para que todos sepan la opinión contraria de abogados y abogadas”, anunció.
“Vamos a proseguir también las acciones judiciales que tenemos iniciadas contra la ley de lavado, que pretende incluir a los abogados y abogadas dentro de los sujetos obligados, lo que constituye una violación flagrante del secreto profesional”, completó en la primera parte de su discurso.
Respecto a las postulaciones del Ejecutivo para la Corte Suprema, Gil Lavedra señaló que “es una nominación de índole política, lo cual abre la posibilidad de acuerdos de igual naturaleza”. “Pero solo restablecerá la confianza en la credibilidad de la justicia si las designaciones respetan la exigencia constitucional respecto de la diversidad de género y desde ya, que los candidatos tienen que tener una integridad probada”, subrayó en alusión al debate abierto por las dos propuestas.
“El Ejecutivo, en lugar de enviar proyectos extravagantes, bien haría en remitir al Senado los casi doscientos pliegos que tiene retenidos para cubrir vacantes judiciales. Esto es mejorar el servicio de la justicia, teniendo un tercio de lugares vacantes compromete seriamente la administración de justicia”, completó en otro de los reclamos más enérgicos y celebrados por la nutrida concurrencia.
En un mensaje dirigido especialmente al Poder Judicial, y delante de decenas de camaristas y jueces, Gil Lavedra advirtió que “sigue habiendo muchas dificultades con la regulación de los honorarios profesionales”. Anunció la creación de un registro de los honorarios que están mal regulados. Y adelantó que se van a presentar al Consejo de la Magistratura en el caso de aquellos jueces que lo hagan de modo reiterado.
Previamente, el Colegio Público homenajeó a los abogados matriculados que se desempeñaron como convencionales constituyentes en 1994. Allí estaban, compartiendo escenario copa en mano, Eduardo Barcesat, Rodolfo Barra, Alberto García Lema, Pedro Kesselman, Hugo Prieto, Hugo Rodríguez Sañudo, y Eduardo Valdés.
“Ustedes hicieron una contribución patriótica a la democracia argentina, y Ustedes también son un símbolo de un valor fundante de cualquier democracia liberal: el pluralismo”, les dijo Gil Lavedra.
“Ustedes protagonizaron un hecho institucional de gran relevancia, la reforma constitucional que ha sido la más legítima de toda la historia argentina. Ha seguido todo el proceso constitucional, se pronunció todo el cuerpo electoral, fue votada por unanimidad y por todos los convencionales constituyentes en un hecho inédito. Y seguramente, la mejor manera de recordarla es que todos la mencionamos por el año de la sanción. Esa Constitución no tiene dueño, no tiene un padre político, pertenece a todos los argentinos y argentinas”, destacó el excamarista que juzgó a los comandantes de la última dictadura.
Finalmente, Gil Lavedra subrayó que “la reforma es el espejo donde tienen que mirarse todos los argentinos y argentinas, especialmente las autoridades políticas”. “Construir sobre la divergencia, esa es la única manera de encontrar los acuerdos necesarios para superar la larga decadencia que sufrimos”, concluyó minutos antes de entregar una placa alusiva a cada uno de los homenajeados.
Aplaudían y se entremezclaban con el numeroso público, el secretario de Trabajo de la Nación, Julio Cordero y la consejera de la Magistratura de la Nación, Jimena Latorre. Del plano local, la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Inés Weinberg, su par del Consejo de la Magistratura, Karina Leguizamón, y el titular de la Procuración General, Martín Ocampo. Lorena Clienti y Javier Concepción, ambos consejeros porteños también compartieron el brindis.-