Silvana Giudici, Directora de Enacom e interventora del Pro en Santa Cruz, cuestionó el proyecto de ley del Gobierno para regular la pandemia y cree que la reticencia de la administración nacional y de la provincia de Buenos Aires a que los chicos vuelvan a las aulas es para “tapar falencias” de la gestión.
¿Cómo evalúa el proyecto del gobierno para regular la pandemia?
Yo lo veo como que es tarde. Si este proyecto se debatía al inicio de la pandemia, podría haber tenido alguna legitimidad, pero ahora, después de 16 meses de cuarentenas dispuestas por DNU, se llega tarde. El proyecto viene después de un fallo de la Corte Suprema que establece claramente los límites de acción del gobierno nacional y de las autonomías provinciales. Y es un contrasentido que se envíe al Congreso una ley que ni siquiera está consensuada con los gobernadores o con algún marco de consenso.
¿No es mejor tarde que nunca?
Una cosa es iniciar una ley al inicio para determinar parámetros y cronogramas y considerar la participación de todo el espectro político. Cuando arrancó la pandemia decían que no había marco político con el resto de las fuerzas y se tomaban las decisiones por DNU. Este proyecto actúa como un parche después del fallo de la Corte Suprema, que dice que no hay emergencia por encima de la Constitución. No hay ninguna ley que pueda estar por encima de la Constitución, y esta ley que envían al Congreso está yendo por arriba de la Constitución. No tiene limitación en el tiempo y desconoce las autonomías locales. Por más que la manden, no reemplaza el carácter constitucional de la medida de fondo que se toma.
Quieren que los chicos no vuelvan a las aulas para que no se vea que no hicieron obras, para que la gente no circule y no tome contacto en el transporte. Nada de esto sirvió. Durante un año tuvieron las fases de cuarentena más estrictas y los casos se siguieron disparando y la campaña de vacunación no llegó a donde habían prometido.
¿Cree que la suspensión de clases es una medida sanitaria o política?
No la veo como una decisión sanitaria. La política está presente en la decisión de no tener clases presenciales. Cuando vos tenés un año completo con los chicos fuera de las aulas en lugares donde la curva de contagios era mínima… Hubo ciudades enteras en distintas provincias de la Argentina que no tuvieron clases en 2020. En 2021 no podés seguir con el mismo criterio, porque tenés un déficit con los chicos fuera de las aulas, con una falta de gradualidad. Se perdió un año valioso. En Santa Cruz venimos dando una pelea, porque las clases nunca volvieron, hace dos años que los chicos no volvieron a pisar un aula. El problema es que la educación, para el kirchnerismo, es un problema. En lugar de ser prioritario, es un problema. Sobre todo en Santa Cruz, una provincia gobernada desde hace 30 años por el kirchnerismo. No hay acción de la gobernación para volver a clases.
¿Cómo ve el plan de vacunación?
A esta altura, los maestros, enfermeras y médicos deberían estar vacunados. Pero el Gobierno eligió vacunar a Zannini o a Verbitsky, porque se consideran individuos de primera, como dijo Zannini. Este tipo de impericia en la administración de la pandemia se soluciona, para ellos, prohibiendo. Quieren que los chicos no vuelvan a las aulas para que no se vea que no hicieron obras, para que la gente no circule y no tome contacto en el transporte. Nada de esto sirvió. Durante un año tuvieron las fases de cuarentena más estrictas y los casos se siguieron disparando y la campaña de vacunación no llegó a donde habían prometido.