Los gobernadores peronistas, después de haber logrado pesar en la decisión de Alberto Fernández de designar a Sergio Massa ministro de Economía, buscan ahora llevarle sus demandas.
Los mandatarios provinciales esperan con ansias saber la letra chica de los anuncios de Massa. Saben que el reparto de fondos por fuera de la coparticipación (que sube) ya viene cayendo, pero esperan definiciones respecto de los subsidios al transporte y de la obra pública asignada a sus distritos.
En el caso de los subsidios al transporte -por el que las provincias vienen reclamando desde comienzos de año-, la Cámara de Diputados aprobó en comisión la declaración de “emergencia” del sistema para aumentar $23.000 millones el monto asignado y llevarlos a $59.000 millones.
Ahora, seguramente, no seguirá adelante y tendrán que esperar el próximo presupuesto. Alexis Guerrera continuó siendo ministro y no pasó a secretario, precisamente, porque está pendiente la definición. La suba del 40% del boleto en el AMBA es un ahorro en ese reparto, pero no cambia la ecuación de las provincias.
En tanto que en lo referido a la obra pública ya se ejecutó el 49,7% del presupuesto. A mediados del mes pasado Fernández aseguró que no habría recortes y desde el Ministerio ratifican esa idea. Los gobernadores -por propia experiencia- saben que cada vez que hay que ajustar se arranca por los ladrillos.
Los Gobernadores quieren que no se frene lo que hay en marcha porque da empleo y permite “tener para mostrar” en meses electorales.
Omar Perotti (Santa Fe), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gustavo Sáenz (Salta) y Mario Arcioni (Chubut) fueron los primeros cuatro gobernadores en salir a apoyar la designación de Massa en Economía. Salvo el primero, el resto tenía más vínculo con él. La designación de Juan José Bahillo en Agricultura es vista como un “gesto” al entrerriano y a los dirigentes del interior.
El salteño Saénz militó en el massismo en 2015, cuando ganó la intendencia, aunque después sumó una alianza con Mauricio Macri para llegar a la gobernación y luego se acercó a Fernández. Conservó siempre sus vínculos con el actual ministro e incluso hizo algunas gestiones para poner a una dirigente suya en el área de Minería, ocupada por una referente del catamarqueño Raúl Jalil. A los dos mandatarios peronistas los une el interés por la explotación del litio con el radical jujeño Gerardo Morales, a quien Massa también apoyó para que llegara al poder. El minero, generador de divisas, es un sector con el que Economía busca tener buenas relaciones. Al final, Saénz logró que Flavia Royón asumiera en Energía.
Por su parte, Arcioni, desde hace años, mantiene un vínculo personal y político con Massa, a quien siempre le agradece su “acompañamiento” -incluso desde la Cámara de Diputados- en los momentos más críticos para las finanzas de esa provincia.