El mercado argentino experimentó una notable inversión de tendencia durante la jornada. Siguiendo el abrupto giro de Wall Street, donde el índice tecnológico Nasdaq cerró con una disminución del 2,2%, el S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires cambió de un avance de aproximadamente el 4% a una caída del 1,7%. Además, el riesgo país superó momentáneamente la barrera de los 1.000 puntos básicos, después de una ligera baja en la mañana.
El giro en la dirección se produjo junto a un cambio en los mercados internacionales de referencia. Con la variación en Wall Street, las acciones argentinas empezaron a perder sus ganancias poco después de la hora del almuerzo, hasta caer en zona negativa. El índice de acciones líderes de la Bolsa de Buenos Aires se situó por debajo de los 2 millones de puntos por primera vez desde el 11 de noviembre, marcando 1.990.621 unidades.
Los bonos soberanos en dólares también revirtieron su dirección: después de subir 1,3% por la mañana, pasaron a finalizar 0,7% negativos.
El mercado mostró un interés particular en las señales provenientes de Washington, donde se mantienen las conversaciones entre el Gobierno de Javier Milei y el FMI (Fondo Monetario Internacional) para alcanzar un posible nuevo acuerdo crediticio de 20.000 millones de dólares.
Los ADR argentinos llegaron a mostrar subas de hasta 8% durante la mañana, impulsados por el avance de los mercados de Wall Street, pero hacia el cierre revirtieron las ganancias. Ternium cayó 7,2%, Cresud, un 6,3%, y Edenor, 6,2%, entre los papeles de desempeño más negativo.
El movimiento del riesgo país, el índice desarrollado por JP Morgan, evidenció un cambio aún más drástico. Después de una caída de 21 puntos en las primeras horas, situándose en 954 puntos básicos, alcanzó un pico de 1.009 puntos por la tarde, para cerrar la jornada en 978 puntos básicos. Este indicador se mantuvo en sus niveles más altos desde finales de octubre.
La falta de claridad respecto al futuro del pacto con el FMI, junto con la vulnerabilidad de Argentina ante el nuevo contexto comercial mundial, influyó en las proyecciones macroeconómicas. Una encuesta realizada por el BCRA mostró que los analistas del mercado han modificado sus estimaciones de inflación para este año, que aumentaron de 23,4% a 27,5%, y han incrementado ligeramente la previsión de crecimiento del PBI (Producto Bruto Interno) de 4,8 a 5 por ciento.