Luego de conocerse las nuevas medidas económicas anunciadas por la ministra Silvina Batakis, el dirigente piquetero Juan Grabois dijo, en tono irónico: “Me hizo acordar a la catequesis: creo en el equilibrio fiscal, en el FMI, es un credo. Pero creer en medidas de la ortodoxia económica es por lo menos cuestionable”.
Además, el líder de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) lamentó que la flamante incorporación del gabiente nacional no hiciera referencia a medidas sociales: “Por ahí Batakis, que habla con un lenguaje duro en término de las medidas, en el corazón tiene algunas medidas sociales que aún no anuncio”.
“Al mismo tiempo que te están anunciando un ajuste y un alineamiento absoluto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) te dicen cosas tiernas, como ‘tenemos que cambiar los planes por trabajo’ o ‘los movimientos sociales son buenos'”, sostuvo el dirigente piquetero.
Además dijo que “no vamos a esperar que eso suceda” y tal como lo indicó días atrás, el próximo miércoles habrá asambleas en barrios de todo el país en las que se podrían definir acciones “para que haya medidas social acordes a la agrave situación”.
Grabois sostuvo también: “Eso es lo que más me molesta de este gobierno: el doble discurso y la hipocresía”, lanzó. En ese sentido, habló en relación al plan de segmentación de tarifas de luz y gas y opinó: “Está muy mal que el poder argentino subsidie la energía a los de Puerto Madero, Recoleta y Barrio Parque, donde además suelen vivir los políticos de todos los signos”.
Además, el dirigente social manifestó que hay un proceso de concentración económica “propio de los países bananeros” donde empresas multinacionales y “tres empresarios manejan la cosa y nadie toca sus intereses”.
“Lo que más me duele es lo que no se dijo, ¿Cuáles son las medidas redistributivas para jubilados y laburantes registrados por debajo de la línea de pobreza? ¿Y para los que más perdieron su poder adquisitivo desde 2015 que son los trabajadores informalizados?”, cuestionó.
Por último afirmó: “Algunos sectores empresarios son los que siempre les van bien, aunque a la Argentina le vaya mal, y tienen poder con todas las instancias del Estado. Hay niveles de corrupción sistémicos que nadie tiene el coraje de ponerle una bomba, metafórica”.