Este lunes, la Legislatura porteña entregó un beneplácito por los 40 años de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre la República de Chile y la República Argentina. El acto se desarrolló en el Salón Presidente Alfonsín y estuvo encabezado por el legislador y autor de la iniciativa, Alejandro Grillo.
“Tuvimos diferencias y en función de esas diferencias el tratado de paz y amistad le dio un punto final a ese desencuentro. En el momento que estamos viviendo, en el que reinan los discursos de odio, de crueldad y de individualismo, nos pareció fundamental remarcar este hito de la historia latinoamericana”, remarcó el diputado porteño.
En el evento, participó el embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera-Gallo, quien afirmó que “con este acto se simboliza el cariño del pueblo argentino por este Tratado y, más allá de los problemas que pueden haber, acá lo fundamental es que Chile y Argentina caminen juntos hacia un mismo horizonte”.
Otro de los participantes fue el diputado nacional Leandro Santoro, quien recordó: “El gobierno argentino actual perdió una oportunidad inmejorable, no solamente para celebrar el tratado, sino para reafirmar el consenso social del pacto democrático que firmamos en nuestro país”. “Alfonsín entendía que la democracia era un sistema de vida por eso entendía que era imprescindible eliminar los conflictos con los países limítrofes. Fue la idea de construir un sistema de convivencia que obviamente empezó a tener éxito con los años porque logró transmitirlo a los distintos pueblos de la región”, agregó.
Del evento también participó el subsecretario de Relaciones Internacionales y Cooperación Institucional de la Legislatura de la Ciudad, el doctor Pablo Garzonio.
También participaron del panel de oradores la investigadora del Conicet en el Instituto de Estudios Históricos Económicos, Sociales e Internacionales (IDHESI) en la UBA, María Cecilia Míguez, y el Vicepresidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), Francisco Cafiero.
El conflicto del Beagle entre Argentina y Chile tuvo momentos de alta tensión, como el rechazo argentino al laudo arbitral de 1977 y la amenaza de guerra en 1978. La mediación del papa Juan Pablo II permitió un acuerdo que incluyó derechos de navegación y límites marítimos, y fue ratificado democráticamente bajo el gobierno de Raúl Alfonsín. Durante su presidencia, en 1984, se sometió el tratado a referéndum, obteniendo el respaldo ciudadano, y se firmó el Tratado de Paz y Amistad, sancionado como ley en 1985. Este tratado incluyó mecanismos para resolver conflictos pacíficamente, consolidando la relación entre ambas naciones.