Diego Kravetz sostuvo que Grindetti es la mejor opción para la provincia, contó sobre su candidatura como intendente de Lanús, y se refirió a la interna del oficialismo.
Hay varios carteles de Néstor Grindetti junto a Mauricio Macri. ¿Es el candidato definitivo a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires?
En principio, él es precandidato a Gobernador. Y tiene una historia de cercanía con Macri. Por eso, en los carteles están juntos. Hoy, está trabajando en un espacio vinculado más a Mauricio y a Patricia Bullrich.
¿Esto afecta la candidatura de Diego Santilli?
Hay varios precandidatos. El Colo es uno de ellos. Están también Cristián Ritondo y Joaquín de la Torre, entre otros. Y obviamente, Grindetti. El Colo es un precandidato fuerte, pero no el único.
¿Más fuerte que Grindetti?
Yo trabajo en el espacio de Néstor y creo que es el mejor. Es el único que tiene la experiencia de haber gobernado dentro de la provincia de Buenos Aires. Y además, gobernó uno de los municipios más complejos. Gobernar en el conurbano sur es altamente complejo. Es una de las zonas más dificultosas de la provincia. Estoy hablando de La Matanza, Quilmes, las Lomas y, obviamente, Lanús. Hace ya casi ocho años que Néstor viene siendo intendente de Lanús. Y debo decir que con mucho éxito. Conoce muy bien las necesidades del conurbano y del resto de la provincia. Por lo tanto, considero que tiene una ventaja por sobre los demás precandidatos.
¿Esto significa que usted va a ser el candidato a intendente de Lanús?
Efectivamente, estoy trabajando para ser el próximo intendente de Lanús. Néstor no está buscando la reelección. Y tanto él como el equipo plantearon la necesidad de que yo le dé continuidad a este proyecto.
¿Por qué los vecinos de Lanús deberían votarlo?
Nuestra gestión, con Néstor a la cabeza, fue la más importante de Lanús. Fue transformadora. Transformó un distrito, que era como un agujero negro, en un distrito pujante, iluminado, con cloacas y que hoy tiene el centro gastronómico más importante de la zona sur. Somos un equipo consolidado, que escucha al vecino y el vecino lo sabe. Y eso fue clave para poder transformar la realidad de los habitantes de Lanús. Cuando llegamos acá, no tenían ni luz. Hoy, el municipio tiene 100% de iluminación LED. Antes, Lanús tenía al menos un homicidio por mes. Y llegó a tener cero asesinatos. No había adónde ir a tomar un café y, como mencioné anteriormente, ahora tiene un polo gastronómico tremendo. Y hay un montón de cosas más. Se construyó un puente, un polo educativo con una escuela bilingüe y municipal. Y todo este proceso fue en apenas siete años.
Usted fue legislador del kirchnerismo. ¿Qué hizo que cambiará de rumbo?
Yo fui legislador del kirchnerismo hasta el conflicto del campo. Después, ya no formé más parte del bloque. Lo que me hizo irme fue el cambio de paradigma. Cuando yo llegué, era un proyecto donde se fomentaban las disidencias y eso era lo que lo hacía tan rico políticamente. Era un proyecto amplio, que tenía una tremenda adhesión social por varias de las políticas públicas que planteaba. Cuando se dio el conflicto del campo fue cuando el kirchnerismo empezó a tener un discurso belicoso y totalmente encerrado en sí mismo. Es decir, la diversidad y la amplitud que lo había caracterizado fueron reemplazadas por un Néstor muy enojado y sostenido por su pequeño círculo de confianza. Y en ese escenario era imposible hacer política. Dejó de haber espacio para plantear diferentes propuestas. Imposible laburar.
¿Cree que la entrada de La Cámpora colaboró con este giro?
No, no. Yo creo que La Cámpora es nada más una exponente de la política que expresaba Néstor en ese momento. Una política más cerrada y hacia adentro. Y él pensó que así el movimiento era más fiel a él. Y creo que, justamente, La Cámpora terminó estando tan cerca porque era tan expulsiva como la nueva dinámica. No había lugar para la divergencia. Una idea de amigo-enemigo casi diría irracional.
¿Y cómo ve al peronismo hoy? ¿Tiene posibilidades de ganar en el 2023?
El peronismo siempre tiene, aunque sea, una mínima chance de ganar. Culturalmente, hay un vasto sector de la sociedad que siempre los va a acompañar. Cuando el peronismo está ordenado, en general, es competitivo, además porque sabe manejar ciertos resortes de la caja de poder. En fin, por cómo es el peronismo, yo no lo daría por perdido.
¿Y cómo ve la interna del Gobierno Nacional?
Esto lo digo con total humildad y siendo político. Yo tengo muchos años en la política. Y llegar a mi casa a la noche, prender la tele con ganas de ver un programa de análisis periodístico sobre gestión, y encontrarme con lo que están discutiendo… es una desilusión. La agenda política en general, y particularmente la de la interna del Frente de Todos, está en una frecuencia totalmente distinta a la de la gente. Una frecuencia diferente a la que yo escucho de los vecinos de Lanús. El debate en la política no se acerca ni en lo más mínimo a lo que le pasa al ciudadano común. Hasta para mí, acostumbrado a estas discusiones, me choca. Hoy, la agenda del vecino está colmada por una terrible angustia que va más allá de la crisis económica y de seguridad. Estoy hablando de las secuelas pospandemia. Para ilustrar esto, la estrella de nuestra gestión en Lanús es todo lo que hicimos en pos de la salud mental. Entonces, es increíble que la política discuta las banalidades que discute. Y lógicamente, por eso tenemos los problemas que tenemos. Hay que escuchar a la gente y a sus necesidades para garantizarles el futuro que se merecen.