El ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, planteó sus lineamientos para mejorar el funcionamiento de Lanús, en caso de ser electo intendente en las elecciones del próximo 25 de octubre. Fue en el marco de un ciclo de entrevistas organizado por la Universidad Kennedy.
En ese marco, el funcionario porteño que aspira a suceder al kirchnerista Darío Díaz Pérez remarcó que es fundamental “meterse en la cabeza que el dinero público no es de uno” y “lograr más eficiencia”.
En esa línea, Grindetti manfiestó: “Hay cinco mil empleados. Si no trabajan, son muchos. Si lo hacen, si las calles están barridas y todo limpio y la municipalidad atiende bien a la gente, está bien. Vamos a sentarnos arriba de la caja y no va a salir un mango hasta revertir esta situación de que no se sabe en qué se gasta”.
Por otra parte, se refirió a dos temas que considera prioritarios en caso de alzarse con la jefatura del distrito: “la seguridad y la infraestructura”.
“El problema de la seguridad se resuelve con la integralidad de acciones. No solo el intendente, que es cierto lo que dice (el actual jefe comunal, Darío) Díaz Pérez, pero algo podemos hacer para que robar en Lanús sea más difícil”, aseveró.
En cuanto a las obras que realizaría, el líder del PRO local enumeró la construcción de un centro de estudios primarios y secundarios en el predio de Fabricaciones Militares, una estación terminal de ómnibus, la ejecución de un plan de bacheo, fomentar el desarrollo urbano y la colocación de cloacas.
“Lanús es el distrito que menos cloacas tiene, esto es porque el Intendente no ha sabido ir a la Provincia a reclamar como corresponde. Las grandes obras de infraestructura que van a llevar un tiempo, que son las de las inundaciones”, aseguró, a la vez que aclaró que estos trabajos se harían sin subir las tasas municipales.
Respecto a sus perspectivas electorales, Grindetti aseguró que la diferencia de puntos que le sacó el postulante del FPV, Julián Álvarez, en las PASO “son absolutamente descontables”, al tiempo que a modo de autocrítica reconoció que en el macrismo no tuvieron “el tiempo de de llegar a la cantidad de gente”. “Lo único que sirve es el contacto cara a cara. En más de un año hicimos 500 reuniones con vecinos. Tenemos que hacer más. Lo que noto es que cuando hablamos con el vecino, le llegamos. La gente quiere un cambio”, sentenció.
