Guillermo Cháves: “Milei lleva adelante una diplomacia privada”

Guillermo Cháves: “Milei lleva adelante una diplomacia privada”

El exjefe de Gabinete de la Cancillería y profesor de Derecho Político, Guillermo Cháves, habló con Noticias Urbanas.


¿Por qué considera que las elecciones de Venezuela han estado bajo la lupa?

Creo que Venezuela convoca a toda América Latina. Hay diferentes aspectos del gobierno, desde que asumió Chávez, que vinculan a Argentina y al resto de la región. Además, existen todo tipo de situaciones complejas. Una de ellas es el bloqueo que viene teniendo hace años y que ha generado que Venezuela se haya transformado en un Estado, no sé si fallido, pero definitivamente con muchas dificultades. Y eso obviamente ha tenido consecuencias sociales, como es por ejemplo la diáspora. Es decir, la migración de venezolanos a diferentes lugares. Y eso ha demandado mucha atención, sumado a que se ha ido deteriorando la calidad del gobierno. Lo ha dicho quien había sido en su momento la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Y se llegó a instalar una oficina de la ONU en Caracas, a raíz de una sugerencia nuestra. Entonces, todas estas cosas, por supuesto, ponen el foco. Y, finalmente, desde el punto de vista geopolítico, no hay que olvidarnos nunca de que Venezuela es la mayor reserva de petróleo del mundo. Entonces, eso también es un dato que hace que atraiga particular atención, especialmente de los Estados Unidos.

¿Qué llevó al bloqueo de Venezuela?

El bloqueo tiene que ver fundamentalmente con la nacionalización de los recursos naturales y de los hidrocarburos en la época de Chávez. En el sentido de que Venezuela es el país que tiene la mayor reserva de petróleo del mundo. Y en su momento, parte del plan de la Revolución Bolivariana fue hacerse de sus propios recursos naturales y que eso sea el puntapié para el desarrollo de un proyecto político. Eso no gustó a los intereses norteamericanos. Y a partir de ahí, empezó un tire y afloje. No me voy a poner en los detalles, porque estamos hablando de un proceso de más de 20 años ya. Algo similar pasó en Bolivia. Se dio un proceso virtuoso de nacionalización de los recursos naturales, que derivó en un golpe de Estado, también respaldado, según la denuncia de Evo Morales, por los Estados Unidos y por la Organización de los Estados Americanos, que es un organismo multilateral, pero que todos sabemos la influencia que tiene Estados Unidos.

¿Cómo ve al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) en Argentina?

Nosotros, desde el punto de vista estratégico, político y de desarrollo económico, entendemos que los recursos naturales de la Argentina son fundamentales. Lo vemos en Vaca Muerta con el tema del petróleo y gas. Lo vemos en el Norte, con el tema del litio. Lo vemos con todas las actividades que son esencialmente extractivas, como minería y demás. El RIGI, entonces, en vez de sentar las condiciones para que el Estado soberano sea quien explote esos recursos, los transforme, para que la República Argentina se beneficie de eso, vamos a un régimen que beneficia a empresas extranjeras. Empresas que van a terminar sacando nuestros recursos y dejando poco en materia de desarrollo. Y finalmente, vamos a un nuevo Potosí. Justamente, es lo que pasó en el sistema colonial, donde España se llevó todos los recursos naturales. Esto es un tema. Un tema muy importante.

¿La cuestión humanitaria en Venezuela lo amerita exclusivamente al bloqueo?

Lo que ocurrió fue un deterioro de la calidad democrática a partir de la no tolerancia a la oposición. Y eso generó justamente que las voces discordantes al gobierno intenten ser limitadas o silenciadas. Y eso es innegable. Tal como decía antes, Michelle Bachelet en su rol de Alta Comisionada en la ONU hizo un informe donde justamente marcaba esa preocupación, a tal punto que nosotros mismos sugerimos la instalación de una oficina en Caracas, cosa que se hizo. Y se hizo para monitorear los posibles atropellos de los derechos humanos. Todo esto, creo que ha ido deteriorando al gobierno. Y llegamos a las elecciones, en las que me da la impresión de que Maduro, con tal de quedarse, ha cruzado una línea, en el sentido de que las elecciones no fueron tan transparentes como deberían serlo. Los resultados no aparecieron en el momento y de la manera que tienen que aparecer en cualquier elección democrática. Y me parece que todo esto es lo que también preocupa a toda la comunidad internacional.

Recientemente, la oposición presentó sus actas. Sin embargo, se cuestiona su veracidad. ¿Cuál es su postura?

Yo creo que lo que hay es una falta de transparencia total. Y que eso genera una gran sospecha en todo el proceso. Por un lado, el gobierno denuncia haber sido hackeado. Y por otro lado, tenés a la oposición presentando actas de dudosa veracidad. Lamentablemente, el gobierno tampoco ha dado muestras de credibilidad. Las organizaciones más prestigiosas, como por ejemplo, el Centro Carter, han condenado la situación. El gobierno de Maduro, en su rol de oficialismo, tiene que ser aquel que entregue las pruebas. Y eso es lo que estamos esperando todos. Es una situación difícil. Pero lo ideal sería que no se metan otros países. No hay algo más importante que el principio de no intervención. Es decir, que cada país decida sobre su destino. Pero si frente a la comunidad internacional, Maduro no está mostrando transparencia en dar los resultados de la elección, todo esto lo ubica en un lugar de sospecha. La verdad es que no sé cómo se va a salir. Algunos planteaban la posibilidad de que se haga la elección de nuevo, pero la propia Machado dijo que no está de acuerdo. Otros dicen que Blinken se comunicó con el gobierno de Maduro y que les garantizó que si ellos entregaban el gobierno, no iban a haber represalias contra los dirigentes. Sea cual sea el desenlace, es sin dudas una situación no deseada. Y los que más sufren esto son los venezolanos, sin una salida rápida y clara.

Otras elecciones que están en la mira son las de Estados Unidos. ¿Quién diría que es el candidato que más le conviene a la Argentina que gane?

Siempre, cuando hay elecciones en Estados Unidos, se piensa eso. Yo lo que digo es que, a grandes rasgos, Argentina no es nada importante para los Estados Unidos. Entonces, generalmente, es lo mismo quien gane. Lo que pasa es que Argentina tiene un sector de la dirigencia política que mira a Estados Unidos. Y que cree que si gana aquel candidato que más les simpatiza entonces nos va a ir mejor. A mí me parece que nunca benefició particularmente a la Argentina que haya ganado un cierto candidato. Lo que sí es cierto es que el gobierno de Milei está apostando a que gane Trump, porque piensan que de esa manera, pueden obtener una ayuda económica del Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto sería replicar lo que hizo Trump con Macri. Es decir, cuando Trump influyó en la decisión del FMI de otorgarle al gobierno de Macri ese préstamo de US$50.000 millones. Eso es a lo que apuesta hoy el gobierno. Entonces, no sé si es que le conviene a la Argentina que gane Trump. Pero sin dudas le conviene al gobierno de Milei.

¿Cree que es más una expresión de deseo que una realidad?

Hace poco, habló un asesor de Trump en materia de la región que es Mauricio Claver-Carone. El ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo dijo que eso era una expresión de deseo del gobierno argentino y que no iba a ocurrir. Es decir, que en caso de ganar, no van a influir para que el FMI le dé más dinero a la Argentina del que ya se le dio en su momento.

Hace un tiempo, usted definió a Milei como “barbarismo tecnocrático”. ¿Qué quiso decir?

Milei gobierna focalizado en una sola cuestión, que es la economía. Bah, ni siquiera la economía. Diría más, que las finanzas. Yo no comparto para nada la mirada que él tiene, porque es propia de otra época. Es más del siglo XIX. Él niega cuestiones que tienen que ver con la intervención de los Estados en el desarrollo de la economía. Eso, ya de por sí, niega el Estado en cualquiera de sus formas. Y eso me parece que va en contra, no solamente de la Argentina, sino también de cualquier forma de desarrollo del capitalismo después de la Segunda Guerra Mundial. Digo “barbarismo tecnocrático” porque él cree que con esa mirada puede direccionar un país. Ortega y Gasset hablaba de la barbarie del “especialismo”. Es decir, de alguien que se cree que sabe de un tema y que con la lógica de ese único tema puede resolver todo. Eso lleva a que se cometan errores. Y que en distintas áreas del gobierno no haya una gestión eficiente sobre hacia dónde se va. Con esto no estoy diciendo que las intenciones de bajar la inflación y alcanzar el equilibrio fiscal sean malas. Yo con eso estoy de acuerdo. Ahora, en cómo se hace, no. También es verdad que no se puede enfocar únicamente en esos objetivos. Después está la economía real, que es lo que vive la gente todos los días. Y también hay que poner el foco en políticas públicas que son cruciales, que son las políticas de salud, educación, seguridad social. Me parece que en esos ejes el gobierno deja mucho que desear.

Volviendo a las Relaciones Exteriores, ¿en qué temas cree que la Argentina debería enfocarse, pero no lo está haciendo?

En materia de política exterior, lo que ha hecho Milei es utilizar la política exterior como una forma de hacer política personal. Yo lo llamo “diplomacia privada”. Él tiene una necesidad de validación como líder de la derecha global. Y lo ha logrado en el sentido de que es visto como un presidente excéntrico. Ha recibido reconocimiento de autoridades de segundo y tercer nivel. Él quiere mostrarse como un experto académico y la verdad es que no lo es. No tiene ni recorrido, ni producción intelectual que lo avale. De esta manera, lo verdadero, que es la defensa de los intereses nacionales como puede ser aumentar las exportaciones para incrementar la cantidad de dólares en la economía, que es uno de los grandes temas en nuestro país, queda rezagado porque Milei prefiere ir a verlo a Elon Musk. Todas estas cosas me parece que han sido una pérdida de tiempo. Por otro lado, ha establecido un alineamiento incondicional con Estados Unidos e Israel que nada tiene que ver con los intereses que la Argentina debe perseguir. En los temas vinculados a la integración regional vinculados al Mercosur, él directamente ni ha participado de las reuniones. Eso ha generado conflictos con nuestros verdaderos y principales socios comerciales, como es por ejemplo, Brasil. Y eso ha tenido consecuencias en otros campos. Los miembros del Mercosur han sido aliados históricos en nuestra causa por Malvinas. Y en la última reunión en Paraguay, a diferencia de las anteriores, no hubo una mención sobre el tema. Eso habla del muy mal vínculo de Milei con nuestros vecinos. Además, hemos perdido presencia en los organismos multilaterales, desconociendo resoluciones de las Naciones Unidas y de la Organización Mundial de la Salud. Es decir, con posiciones terraplanistas. Ha intentado remover declaraciones vinculadas a la igualdad de género y fundamentalmente a todo lo que tiene que ver con derechos humanos. Todo esto muestra que la política exterior argentina es muy errática. Y la Canciller Mondino es también muy poco profesional para llevar adelante la gestión.

¿No ve ningún acierto en la gestión de la Canciller?

Más que aciertos, puedo decir que Mondino muchas veces ha tratado de morigerar las agresiones de Milei. Milei recordemos que agredió al Presidente de Méjico, de Colombia, de España, de Brasil y de Chile. Ahora, Milei fue a Chile y Boric no lo recibió. Esto es un dato. Además, se ha involucrado en cuestiones de otros países. Y Mondino, dicho bien en criollo, ha intentado arreglar las macanas de Milei. En su momento, viajó a China para conseguir la renovación del swap. Esto fue porque Milei había dicho que China era un régimen comunista de asesinos. Mondino finalmente consiguió la renovación del swap, a pesar de su comentario un poco racista al decir que los chinos son todos iguales. Después, en un momento en que Argentina tuvo problemas con el abastecimiento de gas, la Canciller logró que Lula nos vendiera un barco de gas licuado. Pero también hay que saber que Mondino tiene la Cancillería intervenida. Hay una persona sin cargo que se llama Ursula Basset, que está puesta por la Secretaria General de la Presidencia. Y es Basset quien justamente marca esta agenda anti derechos que además va en contra de toda la tradición en política exterior de la Argentina.

Por último, no puedo dejar de preguntarle sobre las recientes noticias en torno al ex presidente Alberto Fernández. ¿Cómo recibió la denuncia hecha por la ex Primera Dama?

Todo lo que está pasando con la denuncia en contra del ex presidente es algo que nos genera mucha tristeza y decepción. Todos esperamos que la Justicia dictamine. Yo condeno la violencia en todas sus formas. Y más aún, en cuestiones de género. Es fundamental que se haga justicia sobre este tema. Desde el punto de vista político, yo creo que la política es una herramienta para transformar la realidad de las personas. Y para ejercer la política hay que tener una cierta conducta, no solo en la vida pública, sino también en la esfera privada. Lo fundamental en la política es el liderazgo ético.

Algunos dicen que Alberto Fernández logró terminar con el kirchnerismo. ¿Usted, cómo vislumbra al peronismo de cara al futuro?

Estamos en un momento histórico donde debemos generar condiciones para la renovación. Me parece que hay un sector de la dirigencia que ya no va más. Y que, para generar una alternativa a este gobierno de Milei, hay que mostrar dirigentes con capacidad de ejercer un liderazgo ético, que tengan credibilidad, formación profesional y fundamentalmente, una mirada a favor de otra Argentina. Es decir, de la Argentina del trabajo, de la producción, del desarrollo y donde la clase media tenga un lugar protagónico. El gran logro que tuvo la Argentina fue la clase media y hoy la vemos cada vez más reducida. Y pensando específicamente en el peronismo, yo creo que la palabra “peronismo” ya es parte de toda la cultura argentina. No sé si necesariamente tiene que encarnar en el Partido Justicialista. Me parece que todos aquellos que consideren que el proyecto de país de Milei nos va a llevar a mayor desigualdad, pobreza y a la destrucción total del aparato productivo, y que creen que podemos hacer las cosas de diferente manera, tenemos que confluir. Pueden ser peronistas o no peronistas. Rodríguez Larreta, por decir, armó un grupo que persigue ideas muy similares, vinculadas al desarrollo. Lo fundamental es que haya caras nuevas. Hay una generación política que ya dio todo lo que tenía que dar. Y en muchos casos, decepcionó mucho a los argentinos, hecho que fue una de las causas de que Milei haya sido elegido presidente.

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