Gustavo López es quizá uno de los pocos precandidatos a Jefe de Gobierno del kirchnerismo que tiene experiencia de gestión en la Ciudad. Y paradójicamente, este año le tocará enfrentar, en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del Frente para la Victoria, a quien lo puso en ese lugar de privilegio: el ex alcalde porteño, Aníbal Ibarra, de quien no reniega –“es un amigo”, dice- pero si marca diferencias, al señalar que “lo respeto mucho, pero creo que es el momento personal de intentarlo por mi cuenta”.
Su armado político está conformado por ex ibarristas, peronistas, socialistas, humanistas, referentes territoriales de la Federación de Villas, el partido SI del diputado Carlos Raimundi, ex legisladores y FORJA (partido que preside), entre otros. Sin embargo, el apoyo más polémico con el que cuenta es el del ex piquetero Luis D’Elía, quien a cambio de esto ubicará como precandidato a primer legislador porteño a José María Di Bello, presidente de MILES a nivel local.
Consultado por Noticias Urbanas sobre si este aval puede llegar a restarle votos, teniendo en cuenta la visión que el porteño medio tiene sobre éste dirigente social, López respondió: “La pregunta sobre Luis D’Elía parece prejuiciosa. Él es un gran compañero y militante del proyecto nacional, emergente de la crisis del neoliberalismo y con fuerte inserción en sectores carecientes de la Ciudad. Nosotros vamos a ir a la elección con nuestros valores y nuestro pensamiento y si a alguien le molesta algún compañero de ruta, podrá votar a otros candidatos. Para nosotros, las ideas, las lealtades y los años de lucha están por encima de votos o encuestas. Pero quiero aclarar que Luis es una persona muy querida y respetada en el proyecto nacional”.
En tanto que, en relación a la conveniencia de pelear por la jefatura de Gobierno en un momento de transición política para el kirchnerismo, el ex titular del COMFER durante la presidencia de Fernando De la Rúa opinó: “El FpV puede ser competitivo en este distrito”. A lo que añadió: “De hecho, el progresismo lo fue: en el ‘83 ganó Alfonsín, en los ‘90 el Frepaso y después Ibarra”.
“Hoy tenemos condiciones para construir una mayoría, pero es necesario trabajar sobre nuevos liderazgos y me propongo aportar en ese campo. Además, debemos cambiar la metodología de construcción. Sin PASO no hay alternativa”, analizó el funcionario nacional.
Según explica, “vivir en la ciudad más rica de la Argentina, con un PBI per cápita similar al de Alemania y ver las situaciones de injusticia y desigualdad que hay” lo motorizan a asumir un reto para nada simple. Y asegura que su expectativa es “ir a las PASO y ganarlas”.
“No podemos desaprovechar esa herramienta ni cargar la responsabilidad de selección de candidatos en ningún dirigente. La única alternativa es competir entre compañeros. Nos conocemos, formamos parte del mismo proyecto político y tenemos el liderazgo de Cristina. Creo que las PASO van a permitir ensanchar el espacio político, llegar a la segunda vuelta y legitimar al ganador”, sostuvo López.
Actualmente, el Frente para la Victoria se encuentra ante la difícil misión de instalar un candidato de peso para disputarle al macrismo el gobierno de la Ciudad, caídas las posibilidades de que el ex senador Daniel Filmus vuelva a ser de la partida o que el legislador porteño Jorge Taiana –quien podría garantizarle al kirchnerismo su piso histórico en el distrito- renuncie a su sueño presidencial para bajar a la Capital.
Aunque no cuenta con el aval público de la presidenta Cristina Kirchner, López reconoce que “siendo funcionario del gobierno nacional, consulté y avisé de mi lanzamiento, porque no quería comprometer a nadie que no correspondiera”. Y al parecer, obtuvo la veña oficial: “Me alentaron a caminar la ciudad y hace unos días la Presidenta me volvió a ratificar por Decreto como subsecretario en la Secretaría General”, dijo.
Sobre las políticas que llevaría adelante en caso de llegar al sillón que hoy detenta Mauricio Macri, López ilustró: “Nosotros queremos construir una nueva ciudad, sobre otros valores. El Estado sobre el mercado, la solidaridad sobre el individualismo, los derechos sobre los negocios. Las primeras medidas tendrán que ver con vivienda, salud y educación”.
Entre algunas de sus propuestas, se destacan las de la construcción de “7 mil viviendas por año” y la urbanización de las villas para transformarlas en “barrios obreros”. Como así también, el diseño de la red de subterráneos “para los próximos 15 años”. Mientras que admite que continuaría con algunas políticas del macrismo “como los paso bajo nivel, las bicisendas -discutiremos el costo y tamaño- o el metrobús”, aunque advierte: “Pero de manera racional y sin arrasar el patrimonio cultural”.
“Las diferencias con el macrismo son conceptuales, políticas y filosóficas”, arremete. Por lo que promete cambiar “Estado por mercado”.
Finalmente, sobre la situación nacional del FpV de cara a las presidenciales de octubre, López reveló que en su espacio “aún no definimos candidato” pero reconoció que “si la Presidenta se inclinara por alguno, lo lógico es acompañar esa decisión”.
-¿El enemigo del kirchnerismo está dentro o fuera del espacio?
El enemigo del proyecto nacional, del modelo de crecimiento con inclusión, de soberanía política con una mirada latinoamericanista, está afuera. Son las corporaciones económicas que se expresan en los candidatos conservadores-neoliberales. Nadie que no sea del campo nacional y popular puede estar dentro del Frente para la Victoria, porque no nos representaría.
