El Frente de Todos, liderado por el actual presidente, Alberto Fernández, se impuso en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias hace exactamente un año, el 11 de agosto de 2019. La coalición triunfó con una holgada ventaja al obtener un 49,49 por ciento por sobre la alianza Juntos por el Cambio, que encabezó Mauricio Macri y obtuvo el 32,93 por ciento.
El triunfo, no se sabe si por ignorancia o por intento de manipulación de la opinión pública, no había sido anticipado por casi ninguna consultora de opinión. Apenas las empresas Proyección (45,1-30,2%); Clivajes (44-32%); Hugo Haime (44-30%); Analía del Franco y Roberto Bacman acertaron o se mantuvieron muy cerca del resultado final. Las tres últimas empresas, que trabajaron para el Frente de Todos, reservaron sus resultados para sus empleadores, pero casi seguramente obtuvieron guarismos similares a los de algunos de sus colegas, que entregaron sus trabajos a los partidos que los contrataron y en esta instancia se manipularon las cifras. No se explica de otra manera el enorme papelón que debieron soportar estoicamente.
Por su parte, el presidente no dejó pasar la oportunidad para recordar este miércoles el triunfo que le abrió el camino al Frente de Todos para obtener la llave de la Casa Rosada, un hecho que se concretó, finalmente, en las elecciones generales del 27 de octubre, en las que la ventaja disminuyó hasta 48,24 contra 40,28 por ciento, que no comprometió el resultado final.
“Nosotros logramos un gran resultado en la elección, también en la general, producto de la unidad y creo que nunca debemos olvidar que cuando nos dividieron nos pasó lo que nos pasó, que le pasó a la Argentina –expresó el presidente de la Nación-. Esa Argentina concentrada, de unos pocos, la Argentina del descarte, deja millones de argentinos fuera del sistema y eso no podemos permitirlo”.
A continuación, Fernández recordó que la Marcha Peronista dice que “todos unidos triunfaremos”, afirmando que “no se equivocó”.
Dólares que vuelan como golondrinas
Mientras tanto, el viernes previo a la compulsa electoral, el stock de depósitos de dólares en manos privadas ascendía a u$s 492 millones, que comenzaron a fugarse inmediatamente, hasta llegar el último jueves seis de agosto –hace apenas una semana- a u$s 17.217 millones. Entre las PASO y el 28 de octubre ya se habían fugado u$s 12.963 millones, casi un 40 por ciento del total, a un ritmo de u$s 166 millones por día.
Tal era la preeminencia de los negocios financieros en tiempos del Gobierno de Mauricio Macri, que en cuanto éste tambaleó un poco en el poder, los capitales “golondrina” retiraron inmediatamente esos dólares y se fugaron a la búsqueda de mejores paraísos, dejando una plaza saqueada, una vez más. Ganancias fáciles con complicidad local, se podría decir.
El triunfo, no se sabe si por ignorancia o por intento de manipulación de la opinión pública, no había sido anticipado por casi ninguna consultora de opinión. Apenas las empresas Proyección (45,1-30,2%); Clivajes (44-32%); Hugo Haime (44-30%); Analía del Franco y Roberto Bacman acertaron o se mantuvieron muy cerca del resultado final.
Lo que viene, por estos cruciales días
En los días que corren, teniendo en cuenta el consumo de las redes eléctricas, el Ministerio de Desarrollo Productivo evaluó que en a segunda quincena de julio la actividad industrial creció un 2,5 por ciento con respecto al mismo mes de 2019, mientras que el índice de actividad de las empresas líderes de construcción se incrementó en un 27 por ciento en julio, superando el consumo de 2018 y 2019.
Los países afectados por el Covid-19 –todos, en este tiempo- tuvieron caídas en su actividad industrial, en algunos casos estrepitosas. En junio, cayó un 11,2 por ciento en EE.UU.; en Alemania, un14,5 por ciento; en Italia, un 14,7 por ciento; en Francia, un 12 por ciento y en Japón, un 17,7 por ciento. En Argentina, cayó un 6,6 por ciento, aunque en julio comenzó a crecer de a poco.
Al iniciarse la cuarentena, el presidente decidió la suspensión de los despidos, complementada con el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), por el que el Estado abona los sueldos de los trabajadores de las empresas paralizadas por la cuarentena. De esta manera, se logró sostener un sistema productivo que será muy importante para la recuperación posterior a la crisis.
En este terreno, cabría agregar la exitosa negociación con los bonistas de ley extranjera, que finalmente firmarían el acuerdo definitivo en el plazo que media hasta el 24 de agosto, cuando venza la prórroga otorgada por nuestro país para que adhieran al canje de títulos de deuda argentina.
No hay que olvidar que la deuda volverá a ser importante en cinco años, cuando haya que volver a pagar, por lo que, si no hay una férrea defensa del mercado interno y la distribución de la riqueza, si no se ejerce la soberanía política y si no se practica la independencia económica, el futuro será aún peor que hoy.
