El analista político Hugo Haime examinó la situación actual del peronismo, desde la elección de Javier Milei como presidente hasta el presente, justo antes de las elecciones legislativas: “Si los líderes peronistas no regresan a los principios fundamentales de la doctrina peronista, no tendrán un futuro”.
Haime explicó que el peronismo enfrenta un tiempo desconcertante debido a la falta de interlocutores claros dentro de una sociedad que evolucionó más rápido que las respuestas políticas.
“Vos tenés un cambio en la sociedad y el peronismo se queda sin interlocutor. Se produce una situación que es complicada porque, vos al no poder resolver los problemas estructurales de la Argentina y dejar las organizaciones sociales, que estaban al mando de la política y la calle, te quedás sin un rumbo que haga eje en la producción y el trabajo”, afirmó.
El especialista indicó que, tras el conflicto agrario de 2009 y la posterior “supergrieta”, las reivindicaciones sociales como la inflación, la inseguridad y el empleo informal quedaron sin solución, lo que provocó un aumento en la desilusión hacia el peronismo clásico.
“En el 2001 era que se vayan todos y no se fue ninguno. El peronismo siempre fue un movimiento y de alguna forma empieza a cambiar su eje porque, de movimiento, nacional y popular, aceptó la idea del populismo”, subrayó Haime.
Y argumentó que, a lo largo de todos estos años, dicho espacio no ha proporcionado ni una alternativa ni un discurso de tipo “productivista”. Además, afirmó: “No se enfoca en la cultura del trabajo, se limita a decir que los problemas se solucionan con planes. Y ahí pierde su esencia”.
Haime también exploró la historia reciente del liderazgo peronista, mencionando a Néstor Kirchner como quien intentó recuperar el “mito de la Argentina Rica”, una narrativa que estuvo relativamente apoyada por factores externos, como el alto precio de la soja y alianzas con otros líderes sudamericanos, tales como Evo Morales, Lula da Silva y Rafael Correa.
La pérdida de identidad y el cambio de paradigma
Otro punto crucial señalado por Haime fue la percepción social hacia el peronismo. “El peronismo originario fue un proyecto de integración nacional, un proyecto de integrar a los trabajadores, a la sociedad y a las mujeres que estaban excluidos”, explicó el analista.
En este sentido, definió al peronismo como “la doctrina social de la Iglesia, puesta en acto”; y que sus ejes están basados en los conceptos de país, trabajo, desarrollo de la industria nacional y del mercado interno. Y criticó: “Cuando el peronismo deja de ocuparse de los problemas básicos de la gente y piensa que lo va a resolver de un modo simple, pierde el eje”.
Haime también habló sobre el rol de la CGT y cómo el kirchnerismo ha redirigido su respaldo hacia los movimientos sociales, lo que ha llevado a una dilución de la representación sindical tradicional del peronismo. En este marco, se mencionó a la senadora Teresa García: “cuando Cristina Kirchner intentó abordar cuestiones como que los docentes debían presentarse a trabajar y que uno podía estar de vacaciones, tuvo que enfrentar una movilización”.