Una de las promesas de Mauricio Macri antes de asumir la Presidencia de la Nación fue que iba a contribuir a que la Argentina se transformara en un país federal en la realidad. Y uno de los principales encargados de lograr que ese deseo se lleve a cabo en la práctica es Sebastián De Luca, viceministro del Interior, número dos del ministro Rogelio Frigerio. Desde el año pasado, De Luca negocia con los gobernadores e intendentes. El eje de su trabajo gira en los consensos en torno de los fondos coparticipables. Nacido en Chivilcoy, fue elegido diputado provincial, pero pidió licencia para asumir junto a Frigerio. En esta entrevista analiza la crisis política en Santa Cruz y la relación con las provincias opositoras en el año electoral.
–¿Cómo está la situación en Santa Cruz?
–El año pasado fuimos ayudando con adelantos financieros. La mitad de eso ante la imposibilidad de pagarlo. El año pasado tenían ocho mil millones de coparticipación y este año van a tener 12 mil millones. Le hemos financiado la parte del déficit del sistema provisional, le triplicamos el fondo de incentivo docente y estuvimos con una buena relación institucional con la gobernadora, con su vice, para ir buscando las soluciones. Ojalá que también se pueda avanzar en el proyecto de las represas, pero Santa Cruz tiene los mismos recursos para salir de los problemas que el resto de las provincias. Ni más, como tenía en la época del kirchnerismo, ni menos.
–¿Cómo se llegó a esta situación?
–Es parte de la situación de irresponsabilidad total de quienes han gobernado la provincia junto a la Nación los últimos 25 años. Son parte de un mismo esquema político, que en los últimos 15 años duplicó la cantidad de empleados públicos y llevó a una provincia rica en recursos mineros, petroleros, turísticos y que hasta 2007 tenía superávit en sus cuentas públicas, a ser la provincia más deficitaria del país. Todo en ocho años. Aun con asignaciones discrecionales que tenían a su favor. Ha habido irresponsabilidad.
–¿En qué consiste el saneamiento fiscal?
–Planteamos que tengan una planificación y un plan de gobierno a futuro. Nosotros no somos quiénes para decirles a cuánta gente deben echar o cómo manejar el sistema previsional. Sí decirles qué hace falta para la provincia, sin que nosotros estemos siempre en esta situación con una rueda interminable, que haya un plan de gobierno serio, cumplible, con pautas que se lleven adelante de acá a futuro. Pero es ella quien tiene que tomar las decisiones sobre qué es lo que le parece que tiene que ordenar de toda esa masa de gastos que tienen, muy superiores a la masa de ingresos. Esto pasa en una familia, en una empresa, en un gobierno provincial y en uno nacional. Como hace el Presidente. Nosotros tenemos un déficit nacional que hemos heredado hace tantísimo y tenemos una planificación de gobierno para los próximos años para reducirlo. Es lo que estamos planteando para Santa Cruz.
–La gobernadora dice que no va a despedir, ¿cómo se va a resolver esta situación?
–No le pedimos que despida a nadie. Le pedimos racionalidad en el equilibrio de ingresos y egresos. Después ella verá qué es lo que tiene que reducir. Lo que dice ella es parte del mismo relato del kirchnerismo que hemos visto, donde buscan victimizarse para tapar el desastre que han sido manejando esa provincia en las últimas décadas. Lo tomamos como parte de una construcción, un discurso que tiende a tapar el déficit que tiene y lo malos que han sido administrando una provincia rica en recursos y que ha llevado a un colapso en Santa Cruz.
–Manzur también criticó al Gobierno nacional.
–Hemos estado en Tucumán, como en todas las provincias y ciudades que han tenido problemas con inundaciones. Los hemos ayudado con emergencias, en logística, apoyo para evacuados, alimentos. Recursos inmediatos. Con el Ministerio de Desarrollo Social, con Vialidad. Estamos haciendo un seguimiento. Está claro, más allá de las diferencias que tengamos, por ejemplo, con el intendente de Comodoro Rivadavia y con Mario Das Neves. Hoy tenemos un plan de obras a cumplir en Comodoro Rivadavia. Eso en Tucumán no está. El Gobierno de Tucumán nos ha planteado una ayuda de 600 millones de pesos con un desglose en el cual 200 millones son para arreglar escuelas. Nosotros nos haremos cargo de la emergencia, no del arreglo de todas las escuelas de Tucumán, porque eso es responsabilidad del gobernador de Tucumán.
–¿Con qué gobernadores tienen más diálogo?
–Con la mayoría, incluso con Manzur. No se trata de que por una discusión haya que tener una mala relación. Con algunos sí tenemos mala relación, pero eso ya es una discusión puertas adentro. Con la mayoría hay una gran madurez, sobre todo con los gobernadores nuevos. No por una cuestión generacional sino porque tienen una dinámica distinta de los que están hace varias décadas en los gobiernos provinciales.
–¿Cómo está el panorama en la relación con los gobernadores en este año electoral?
–En 2017 empiezan a aparecer algunas especulaciones a cuatro meses de la elección.
–¿En qué casos?
–En las discusiones que aparecen en varias provincias, el escenario electoral está metido en algunas declaraciones. Son varias las provincias en las que empezamos a ver algunos cortocircuitos, como en el caso de Santa Fe o Tucumán, donde estamos viendo movimientos más pensando en la elección que en resolver los problemas de la gente.
–¿Y ustedes no piensan en la elección durante la gestión?
–Sí, pero sabemos que para llegar bien a la elección nuestro desafío es hacer las cosas bien en la gestión, más allá de las discusiones de candidatos. Sabemos que si hacemos bien las cosas Cambiemos va a ser consolidado en las provincias donde es gobierno y va a ser la alternativa más seria en las provincias en las que no lo es.
En primer plano
Un lugar. Chivilcoy.
Un restaurante. El Choripazo.
Una comida. Asado.
Un libro. El imperio, de Ryszard Kapuscinski.
Un personaje histórico. Juan Manuel de Rosas.
Una frase. “Dejando que suceda, el cuerpo bien sabe flotar.”
Una serie. Fauda.
