Grosso: “Hay que construir unidad en todo el campo opositor”

Grosso: “Hay que construir unidad en todo el campo opositor”

Leonardo Grosso, diputado nacional y dirigente del Movimiento Evita, diálogo con NU.


El referente del Movimiento Evita muestra su preocupación por la victoria de Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales en Brasil y el posible impacto en la economía argentina.

Respecto de la crisis económica, Grosso remarca que “voy a hacer todo lo posible para evitar el estallido o que se siga agrandando el comedor. Para eso hay que construir una alternativa política”.

-¿Qué pensás del triunfo de Bolsonaro?

-Primero me preocupo por la actitud fascista, antidemocrática o de respeto a los derechos individuales que ha expresado el presidente electo del país más grande o importante de América Latina. En segunda instancia, me preocupa el planteo ultra liberal, un planteo que no prioriza la integración regional, que si se quiere es más crudo, pero va en la misma dirección que el de la Argentina, que es el déficit cero, que inckuye profundizar el ajuste que inició Dilma, que profundizó Temer y que ahora éstos quieren llevar abruptamente a la realidad.

El déficit cero en Brasil significa 7 puntos del PBI, es más destrucción del mercado interno, más paralización de la industria y la economía argentina, que depende en gran medida de la economía brasilera. Por eso me preocupo.

¿También dijo que va a visitar a Chile antes que la Argentina? 

-El Mercosur es una garantía para nosotros de una gran cantidad de intercambios. Nuestra industria es subsidiaria y complementaria de la industria brasilera. La industria es la principal fuente de empleo en la Argentina. Si elige otro tipo de alianzas y se vuelca al mundo financiero, me parece que tenemos que empezar a preocuparnos y esto incluye a Macri, porque también su gobierno se verá afectado por el impacto en la economía argentina.

¿A qué atribuís el giro hacia la derecha en la región?

-Hay límites muy concretos que tuvieron los gobiernos populares, que no lograron resolver una serie de problemas, que se volvieron en su contra. Tuvieron límites a la hora de la construcción de alianzas o a la construcción de agendas puestas por los medios, pero también por la gente (inseguridad, inflación) o límites para entender el hartazgo con la política. Hubo grandes hechos de corrupción, que deben ser parte de la autocrítica que no vimos y escuchamos por parte de los grandes dirigentes de los gobiernos populares. Ese conjunto, sumado a la acción concreta de intereses muy poderosos, que tuvieron estrategias a largo plazo en contra de los gobiernos populares, se llegó a una situación de desgaste. Y en algunos lugares lo que se impone y lo que gana no es un programa que dice “hola, soy la derecha”, sino un programa que se planta como un outsider de la política. Tanto Bolsonaro como Macri han hecho campaña planteándose como agentes externos a la política. En el Pro dice que hacen política por vocación, no porque son políticos. Han logrado con un discurso anti-política expresar esa crisis de los gobiernos populares.

¿Cómo van a hacer para lavar esta imagen relacionada con la corrupción de los movimientos de centroizquierda?

-Hace un tiempo que tomamos bastante autonomía de ese espacio político [kirchnerismo]. Fui parte de ese gobierno y me parece que los gobiernos latinoamericanos deben hacer un proceso de autocrítica muy grande. Lo dijo García Linera, no puede haber lugar para la debilidad moral en los gobiernos populares o espacios progresistas. Después hay que poner un límite muy claro: todo aquel que estuvo relacionado [a la corrupción] no vuelve. Y después hay que construir emergentes nuevos en términos políticos. No estoy de acuerdo con plantear la vuelta al pasado, porque no enamora a nadie. La estrategia del PT o Unidad Ciudadana no logró convencer.

Con los errores y autocrítica que haya que hacer, yo reivindico a todos los gobiernos populares de América latina. Con eso como base, hay que construir expresiones políticas nuevas. Hay que reconstruir un emergente que signifique esas experiencias históricas, pero también las experiencias más recientes. Los movimientos sociales hoy tienen un rol que antes no tenían y apareció el movimiento feminista, aunque todavía no tiene una expresión política.

¿Qué están haciendo en ese sentido?

-Construir nuestras organizaciones sociales. En términos de nuestra estrategia política, hay que construir unidad en todo el campo opositor. Eso también interactúa con la idea de construir nuevos emergentes. Macri tiene una fuerza política que articula y un poder económico que lo acompaña, que implica que el campo opositor no puede estar dividido. Si queremos ganarle a Macri, tenemos que juntar a todos y para esto no hay especulación. Si hay dos oposiciones el año que viene, es funcional a Macri.

¿Estaría dispuesto a incluir a Cristina y Massa?

-Claro, por supuesto. También al PJ federal o al progresismo. Además, pensamos que un nuevo espacio, un frente nacional que pueda enfrentar al gobierno, no sólo debe estar constituido por partidos, sino también por fuerza social, como movimientos sociales, sindicatos, espacios de feminismo y estudiantes.

Hay que construir un gran frente nacional que pueda ofrecerle una sola alternativa a nuestro pueblo y después discutir, debatir, construir los matices que tengamos para reconstruir este país y sacarlo del infierno.

-¿Cómo se encaja esta idea con la situación procesal de Cristina Kirchner?

-Creo que hay persecución política sobre Cristina. No tengo duda de eso. Después hay otros funcionarios que no, que están condenados.

-¿Solo dejarían afuera a los condenados?

-La corrupción es un límite, en general. Cristina es una figura tan fuerte en la oposición argentina, que tiene una base electoral tan fuerte que hay una persecución política abierta. Cristina tiene una causa por el memorándum con Irán, que es un hecho político de gestión. Ninguna de las causas hoy tiene una pista firme. Hay un encono personal. Es como el caso de Lula. De todas maneras, el límite es muy claro.

Más allá de las personas, cuando hablamos de unificar, hablamos de espacios políticos. Lo importante es juntar a los espacios, a los candidatos hay que dejarlos para último momento.

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