Carlos Heller es uno de los dirigentes K a los que, durante el cierre de listas del pasado 7 de marzo, en Noticias Urbanas, denominamos “rebelde”. Es que, pese a la oposición del kirchnerismo más duro y parte de la alianza que integra (Nuevo Encuentro), consiguió, en asociación con otro de los precandidatos a jefe de Gobierno del FPV, el diputado porteño Aníbal Ibarra, y el precandidato presidencial Jorge Taiana, la veña necesaria para presentarse a las PASO que se celebrarán este 26 de abril. Y no sólo eso. También anotó a Edgardo Form, a quien comparte con Ibarra, como candidato a primer legislador, para disputarle ese lugar al postulante de la mismísima Presidenta, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. En definitiva, un audaz.
Sin embargo, el banquero cooperativista con raíces en el Partido Comunista prefiere minimizar el hecho, para enfocarse en un único adversario: el macrismo.
-¿Cómo calificaría la gestión del PRO al frente de la Ciudad tras ocho años de Gobierno?
-Indudablemente, mala. No ha resuelto los principales problemas que tiene la Ciudad: el déficit habitacional, el transporte público (no cumplió su promesa de campaña sobre la construcción de diez kilómetros de subterráneos por año), empeoró la situación de la escuela pública y no avanzó con la eliminación de la brecha que separa el Norte y el Sur de nuestra ciudad. Macri es la continuidad de la política neoliberal instaurada en la década del noventa: Estado mínimo y mercado absoluto. Y ya se sabe que, cuando manda el mercado, se agudiza la desigualdad social, se concentra la riqueza y se genera pobreza y exclusión.
-¿Hay algo que rescate de la administración Macri?
-El Metrobús de la avenida Juan B. Justo; la puesta en valor del Parque Centenario y otros espacios públicos. Algunos megaespectáculos.
-Dejando de lado la ideología, ¿cuál es la mayor diferencia que encuentra entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri?
-La diferencia ideológica no se puede soslayar. Cristina tiene una sólida formación intelectual y un indudable compromiso con las ideas transformadoras que se han materializado en gran parte de América Latina y el Caribe durante los últimos doce años. Esto es, la valoración del papel del Estado como regulador de la economía, la integración regional, la inclusión social a partir del fortalecimiento del mercado interno y las políticas activas para generar empleo decente y contribuir al mejoramiento constante de la calidad de vida y de trabajo de los habitantes. En cambio, Mauricio Macri habla de libertad, pero piensa y orienta su política en función de liberar las manos invisibles del mercado, para lo cual -por ejemplo- ha facilitado los negocios inmobiliarios entre otras acciones propias de su concepción neoliberal. Cuando Macri dice que va a terminar con “el curro de los derechos humanos”, no se equivoca. Quiere hacer un borrón del nefasto período dictatorial y poner un manto de olvido sobre el terrorismo de Estado, tal como proponen los sectores más conservadores y reaccionarios del espectro político de derecha en nuestro país y en toda la región. Macri anuncia que anulará el Impuesto a las Ganancias, las retenciones al agro y que habilitará la compra indiscriminada de dólares. O sea que anticipa una brutal devaluación y un ajuste al mejor estilo de Menem y Cavallo, dos personajes a los que admira. Cristina es vehemente y de discurso prolongado, mientras que Mauricio habla poco y hasta se diría que balbucea, pero la diferencia no está en la forma, sino en el contenido. Macri habla de diálogo y tolerancia, pero creó la UCEP, nombró a El Fino Palacios, incorporó las picanas eléctricas a distancia (pistolas Taser) y desalojó salvajemente a trabajadores, médicos y pacientes del Hospital Borda.
-Teniendo en cuenta que en las últimas elecciones el PRO le ganó con holgura al FPV, ¿cómo considera que debería pararse quien resulte electo en las PASO para encarar las elecciones de julio.
-Nosotros tenemos el desafío de interpelar eficazmente a la ciudadanía porteña, planteando tanto los ejes que definen la política nacional del kirchnerismo como todas aquellas medidas destinadas a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Ciudad. Debemos mejorar la comunicación, profundizar la inserción territorial de nuestra militancia, contribuir a construir un kirchnerismo más amplio, plural y diverso.
-En caso de resultar electo jefe de Gobierno, ¿cuáles serían las tres primeras medidas que tomaría?
-Revisaría minuciosamente el presupuesto para establecer nuevas prioridades en función de las necesidades sociales postergadas. Avanzaría con los acuerdos entre la Ciudad, la Nación y la Provincia de Buenos Aires para instrumentar políticas públicas hacia toda la región metropolitana en materia de seguridad, salud, vivienda, educación y transporte. Impulsaría programas similares al Progresar y otros en el ámbito de nuestra Ciudad, especialmente orientados para enfrentar las principales emergencias.
-¿Qué lo diferencia de los otros precandidatos del FPV?
-En primer lugar, debo decir que respeto y valoro a todos los candidatos del Frente para la Victoria. Hecha esta afirmación necesaria y sincera, paso a responder que -en mi caso- los compañeros de la conducción del Partido Solidario han coincidido en señalar mi experiencia de más de cuatro décadas en la gestión de empresas de la economía solidaria. Concretamente, podemos exhibir el nivel de excelencia alcanzado por la entidad financiera cooperativa que tengo el honor de presidir, en cuya construcción estoy al frente desde su fundación, en marzo de 1979. Esto implica tanto el criterio necesario para el buen manejo de una entidad cooperativa con eficiencia y compromiso social, como el liderazgo de un gran colectivo de dirigentes voluntarios y del personal integrante del banco cooperativo. Por otro lado, desde mi compromiso permanente con los valores de la solidaridad, la justicia social y la lucha por un mundo mejor, he sido coherente con las ideas y la práctica. Y es desde esas convicciones que adhiero al Proyecto Nacional y Popular liderado por Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
-Usted comparte la lista de legisladores con Aníbal Ibarra, ¿por qué eligió ese camino y no el de apoyar la nómina que lleva a Carlos Tomada como primer diputado de la Ciudad?
-Como ya dije con anterioridad, valoro a todos los compañeros que integran el Frente para la Victoria y entre ellos a Carlos Tomada muy especialmente. Sin perjuicio de esta valoración, nosotros concebimos al kirchnerismo como una fuerza en pleno proceso de construcción, que se nutre con diversas vertientes del campo popular. En otras palabras, como dijo Cristina en Huracán, previo a las elecciones de 2011, lo importante no es de dónde viene cada organización que confluye en el kirchnerismo sino su coincidencia con los ejes esenciales del Proyecto Nacional y Popular. En nuestro caso, consideramos que esta nueva expresión de la política no es una corriente interna del peronismo, tal como sostienen algunos sectores, sino que cuenta con el peronismo como una de sus fuerzas componentes, pero incluye a un amplio abanico de vertientes, entre las cuales estamos nosotros. Por ello, recogiendo el pensamiento y la práctica política de Néstor Kirchner cuando postulaba la transversalidad, consideramos que el kirchnerismo debe ser más amplio, plural y diverso. Con nuestra lista estamos ofreciendo al electorado porteño diversas puertas de entrada al Proyecto Nacional y, al mismo tiempo, estamos contribuyendo al fortalecimiento de la fuerza política que pueda garantizar la continuidad y profundización de todo lo mucho y bueno que se ha realizado desde el 25 de Mayo de 2003.
-¿Qué pasó en Nuevo Encuentro? ¿Por qué no hubo lista de consenso y hoy, a través del FPV, presenta la precandidatura de Gabriela Cerruti y la suya?
-Nuevo Encuentro es un frente integrado por dos fuerzas políticas: el Encuentro por la Democracia y la Equidad (EDE) y el Partido Solidario (PSOL). Al momento de definir candidaturas, cada partido propuso a los que consideró sus mejores referentes para los cargos que se disputarán en las PASO. El EDE lo hizo con Gabriela y el PSOL me propuso a mí. Como no hubo tiempo ni una metodología que resolviera esta doble postulación, decidimos que la voluntad popular, a través de un mecanismo absolutamente democrático e indudable como las PASO, determinara quien representaría finalmente a nuestro espacio político.