Uno de los 30.000 desaparecidos que dejó la última dictadura cívico militar en Argentina, fue el deportista Carlos Rivada. El futbolista de Primera División, brilló como puntero de Huracán de Tres Arroyos, se destacó tanto en el fútbol como en el basquet del Club de Liniers de Bahía Blanca y en la Universidad Nacional del Sur, donde se egresó como ingeniero electricista. Este jueves, será homenajeado en esa ciudad.
Las actividades organizadas por la Subsecretaría de Derechos Humanos de la UNS se llevarán a cabo desde las 17 en el hall del primer piso del complejo de la casa de estudios ubicada en la avenida Alem 1253.
Poco después de haber jugado el que sería su último partido de fútbol frente a Estación Quequén de Necochea, fue capturado el 3 de febrero de 1977 junto con su esposa María Beatriz Loperena, licenciada en Humanidades por la Universidad Nacional del Sur, quien será recordada en el mismo acto.
Su hijo, Diego Rivada, también se encuentra dentro del mundo del deporte. Desempeña el rol de dirigente del Club Deportivo Barracas, en la ciudad bonaerense de General Lamadrid, un espacio social reconstruido, recreativo y competitivo de muchos jóvenes.
El directivo estará presente en el homenaje a sus padres junto con su hermana Josefina y además quiere compartir el encuentro con todos aquellos que hayan sido compañeros de diferentes equipos donde su padre jugaba. Por lo cual, realizó una convocatoria para que estén presentes y puedan conversar acerca de su padre, con el fin de recuperar una parte de la historia de su apasionante vida deportiva.